Sucedió en un encuentro de categoría infantil disputado entre el Úbeda Viva y el Bailén CP en el campo del primero de los equipos jienenses. Según publicó la web eldeportedejaen.es, el árbitro del partido, P.M.J., fue agredido en las inmediaciones del complejo deportivo municipal Antonio Cruz por el padre de uno de los jugadores del conjunto visitante.
"Al finalizar el encuentro, el aficionado del Bailén saltó al campo para increparle. Cuando el colegiado le comentó que no podía estar allí, comenzó a gritarle y a insultarle, mientras todavía los jóvenes jugadores estaban sobre el césped. Fue al salir del estadio, cuando P.M.J. fue agredido", relata la web.
El árbitro recuerda que el citado cafre "se dirigió a mí cogiéndome del cuello y propinándome un golpe en la cara”. Tras la agresión, el 'valiente' salió corriendo, pero el colegiado tuvo tiempo de tomar la matrícula del coche para denunciarle.
"El hecho colateral que puede ocurrir con este suceso es la reacción del colegiado, que apuntó a esta redacción que posiblemente deje el arbitraje después de lo sucedido", añade eldeportedejaen.es.
Lo más esperpéntico y a la vez revelador del calado del problema que anida en el fútbol español es que en los prolegómenos del partido, el equipo local saltó al césped con una pancarta en la que condenaba la violencia.
Se ve que el energúmeno que pegó al trencilla no se dio cuenta. O a lo mejor no sabe leer.
