Asturias irá a la huelga el fin de semana del 14 y el 15 de febrero. El fútbol modesto del principado ha decidido en asamblea un parón que viene a echar más gasolina al incendio que en estos días vive el fútbol nacional. La Federación asturiana protesta, fundamentalmente, por lo establecido en el Real Decreto 1006/1985 sobre Deportistas Profesionales que obliga a pagar seguros sociales a entrenadores y monitores de deporte base. Los clubes de la región consideran que la aplicación de esas tasas laborales supondría la muerte del deporte modesto. El paro se realizará desde la 3ª división hacia abajo. La decisión fue tomada en asamblea extraordinaria por unanimidad.
A esto se une que el presidente de la asturiana, Maximino Martínez, es uno de los hombres más cercanos a Ángel María Villar, epicentro de todas las polémicas del fútbol nacional en estas últimas fechas. La federación regional se queja por la normativa laboral y considera inaceptable la reducción de subvenciones al fútbol que se han dado en los últimos tiempos. Estos problemas se los atribuye al Consejo Superior de Deportes que es, del mismo modo, la diana de las iras del presidente de la RFEF. Villar, por el momento, sigue guardando silencio, no es amigo de los micrófonos y lo que se sabe de su posición es por comunicados o filtraciones de sus juntas directivas.
Villar, por personas interpuestas, ha amenazado con parar todo el fútbol español si el Consejo Superior de Deportes sigue exigiéndoles que afronte las auditorías complementarias que se le han pedido y la justificación del gasto de las subvenciones concedidas. Considera que el CSD se está entrometiendo ilegítimamente en su labor y plantea no mandar árbitros a ningún estadio para que no se pueda jugar ningún encuentro. Por el momento, y a falta de nuevos movimientos, las huelgas empiezan en Asturias.