Un partido más sin Cristiano Ronaldo. Una nueva prueba para Gareth Bale en su proceso hacia el Balón de Oro, al que Florentino Pérez entiende que camina el galés. Su perla. En ese trayecto el extremo madridista cuenta con el aval de Carlo Ancelotti, quien ha entendido y recibido el mensaje presidencial desvelado ayer en Vozpópuli. "Gareth va a jugar siempre", sentenció ayer el técnico italiano al referirse a él y a sus dos compañeros de ataque.
La BBC es indisoluble, entiende Ancelotti, e incuestionable salvo sanción o lesión que impida su concurso. Florentino quiere que la ayuda sobre Bale se extienda en el equipo y por eso recomendó a su otra perla, Ronaldo, que colabore al máximo con el galés.
Llega el Sevilla a Chamartín, exigente test previo al derbi en el Calderón. Y Bale será nuevamente sometido a examen. Sus guarismos parecen incontestables, goles y asistencias, pero su terquedad y empecinamiento en aciones demasiado individualistas han generado controversia en las gradas y debate mediático. Ancelotti sacó el escudo protector para cubrir al extremo galés colmándole de elogios. Lo de Bale es "óptimo", "muy bueno" o "fantástico" en palabras del entrenador madridista acentuando los mimos que el presidente le lleva mostrando al futbolista desde hace unos días.
Bale no se despidió de la afición tras su actuación ante la Real Sociedad. Un rito que nunca vulneró pero que quizá por los silbidos dejó de cumplir. El Sevilla puede resultar la mejor terapia para el futbolista más caro del Real Madrid, no en vano fue ante los hispalenses donde confirmó la alternativa la pasada temporada tras su desembarco. Gareth no defraudó entonces a sus aficionados, que vieron en el galés a un verdadero crack. Dos goles y dos asistencias sellaron su completísima actuación en la orgía de goles que resultó ser aquel enfrentamiento liguero. Ese Bale certero ante la porteria rival y colaborador con sus compañeros es el que espera disfrutar de nuevo el Bernabéu
