Hace unos días, Deia, un diario bien conectado con el presidente del Athletic, Josu Urrutia, informaba que "la posición de Llorente quizás no es tan sólida como el jugador pudiera creer, o como pudiera deducirse de su reiterada negativa a aceptar la oferta del club para prorrogar su contrato". Sin embargo, lo que más sorprende es que sea el propio Marcelo Bielsa quien, según la misma fuente, "piensa que Llorente no ha ofrecido en absoluto un rendimiento acorde a esa condición de figura llamada a marcar las diferencias en el campo (...) El técnico argentino ha quedado decepcionado con la respuesta ofrecida por el ariete, especialmente en el último y decisivo tramo del calendario".
Podría ser casualidad, pero fue precisamente durante ese "último y decisivo tramo del calendario", cuando surgieron varios choques entre Llorente y Marcelo Bielsa. Uno de ellos fue explosivo, ya que el delantero riojano se negó a disputar un partidillo. Fernando le dijo al técnico argentino que estaba fundido, que no quería forzar más y que si creía que no jugar el partidillo le podría costar la suplencia en el siguiente partido, que pusiera a otro. La tensión fue enorme en ese entrenamiento y, por lo visto, Bielsa no lo ha olvidado. De lo contrario, no se entiende que ahora niegue al 9 la gran temporada que ha realizado y sólo se acuerde de los últimos partidos a los que, como el propio Llorente le recriminó, muchos jugadores han llegado fundidos.
El inminente fichaje de Aduriz procedente del Valecia y el hecho de que el Athletic se plantee la renovación de Toquero, por cierto, un futbolista que amenazó con irse en caso de que Bielsa renovara, concuerdan con la información que sale desde dentro del club para presionar a Llorente. Según Deia, "Bielsa está en la línea de Urrutia de considerar excesivas las pretensiones de Llorente, quien termina contrato el 30 de junio de 2013. No se trataría únicamente de analizar en sí mismas las cantidades que quiere percibir, que también, sino de calibrar el efecto dominó que conllevaría satisfacerlas. Llorente ya es con diferencia el mejor pagado de la plantilla, pero si lograse el incremento que pretende, abriría un hueco desmesurado respecto a sus compañeros. El club quedaría abocado a una dinámica peligrosa que se plasmaría en las sucesivas reclamaciones de todo aquel que aspirase a una ficha superior en su negociación respectiva". Más claro, agua.
Llorente, con una ficha actual que ronda los tres millones de euros netos, pide alrededor de cinco, por los cuatro que el Athletic estaría dispuesto a pagarle. Josu Urrutia lleva meses intentando en vano que su goleador rebaje sus pretensiones. Son varios los equipos que han sonado como posibles pretendientes del 9, pero los 36 millones de su cláusula no están al alcance de cualquiera. Otra cosa es que en vista de que el Athletic, con Bielsa a la cabeza, no esté dispuesto a renovar a Llorente por lo que pide, le ponga en el mercado para evitar que el 1 de enero de 2013 pueda firmar por otro club y abandonar San Mamés con la carta de libertad.
