Aunque desde el Barça ya se ha deslizado que el acuerdo con Tito Vilanova está a punto de concretarse y que esta misma podría ser presentado de manera oficial, el caso es que han pasado muchas semanas desde que Guardiola anunció su marcha y empezaba a extrañar tanta tardanza en concretar algo que se antojaba sencillo. Cierto que Pep es contractualmente el entrenador del Barça hasta el 30 de junio, pero el caso es que las negociaciones con el que fuera su segundo han sido mucho más complicadas de lo que en un primer momento cabía esperar.
Una vez que Sandro Rosell y Andoni Zubizarreta hicieron público el nombre de Tito como sustituto de Guardiola, algo que molestó a Pep por considerarlo inoportuno, lo normal es que el acuerdo hubiera sido rápido. Sobre todo porque entre medias Vilanova ha tenido que empezar a tomar algunas decisiones de cara a la próxima temporada. Sin embargo, no ha sido así. Las posturas iniciales estuvieron muy distanciadas en varios aspectos, y especialmente en lo concerniente a la ficha. No así en la duración. Ni 1+1, ni año a año como le gustaba a Guardiola. Vilanova firmará por dos temporadas.
Después de varias semanas de conversaciones de Josep Maria Orobitg, representante de Tito y también de Pep, con el vicepresidente deportivo del Barça, Josep Maria Bartomeu, y el director deportivo, Andoni Zubizarreta, las dos partes alcanzaron un principio de acuerdo el pasado viernes. En cierto modo, uno y otros estaban condenados a entenderse, sobre todo tras apresurarse a hacerlo público para intentar tapar la marcha de Guardiola. Desde el club se quiere vender que Tito es una apuesta firme, aunque el hecho de que se le niegue una subida considerable de sueldo y se le quiera compensar económicamente con variables, es decir, en función de los títulos que logre el Barça, no lo demuestra.
Rosell no ha dejado de elogiar públicamente a Vilanova desde que se supo que sería el sustituto de Guardiola. La última vez, durante una visita a Figueres, precisamente donde Tito ejerció como primer entrenador. “Lo hizo muy bien en esas dos etapas en Figueres, igual que lo ha hecho como segundo entrenador todos estos años y que lo hará en el futuro al frente del Barça, algo de lo que no tengo ninguna duda", dijo el presidente del Barça. Sin embargo, la oferta económica no se corresponde con tanta confianza.
El contrato de Tito como segundo de Guardiola (entre 3,5 y 4 millones de euros, según diversas fuentes) le situó en su día como el tercer entrenador mejor pagado de la Liga, sólo por detrás de Mourinho y del propio Pep. Sin embargo, una vez que se conoció que el relevo estaba en casa, Rosell ofreció a Vilanova una ligera subida en el fijo, con una serie de variables vinculados a la consecución de títulos. Después de un tira y afloja, en el que ambas partes han tenido que ceder, Tito no ganará tanto como esperaba -el propio Pep le dijo que no se cortara en pedir- y ahora será el segundo entrenador mejor pagado de la Liga, aunque muy lejos de lo que cobraba Guardiola y de lo que cobra Mourinho, a quien el Madrid ha ampliado su contrato hasta 2016 y mejorado hasta los 11 millones de euros su ficha. Al lado del portugués, Vilanova será un segundón.
El segundo de Tito Vilanova, es decir, el Tito de Vilanova, será Jordi Roura y falta por ver quién será el entrenador de porteros que supla a Juan Carlos Unzué. Dos nombres hay sobre la mesa: De la Fuente y Ochotorena, a quien ha pedido Valdés por conocerle de la selección. Edu Pons, hasta ahora preparador físico del juvenil, ocupará la vacante de Lorenzo Buenaventura, el otro de los fieles a Guardiola, junto al citado Unzué, Estiarte y Torrent.