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La BMV del Real Madrid, señalada: Mbappé y Vinicius asumen que tendrán que defender para no romper el equipo

Cuando ganaron la Supercopa de Europa, el pasado jueves, parecían la nueva era de galácticos. Ahora, tras la derrota de este domingo frente al Mallorca, las dudas y las críticas llegaron para el brillante tridente del Real Madrid

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Hoy pareces el Milán de Arrigo Sacchi y mañana, vas, pierdes y eres el peor equipo del mundo. Eso es el fútbol. No tiene memoria y cuando todo va bien, algo pasa para que las dudas planeen sobre el cielo de los equipos. Esto pasa con todos, nadie se escapa de una de las máximas del balompié. Sin ir más lejos, esta semana lo ha vivido el mismísimo Real Madrid en sus propias carnes.

El equipo blanco jugó este pasado jueves la Supercopa de Europa y asustó al mundo con una brillante segunda parte en la que los Bellingham, Vinicius, Mbappé y compañía radiaron con luz propia. Parecía que los nuevos galácticos habían llegado. Que los herederos de la mítica BBC, formada por Bale, Cristiano y Benzema, habían llegado de nuevo a Concha Espina. Pero, todo, como rápido vino, se fue.

Tras la primera victoria. Con el primer título de la temporada y, sobre todo, lo más ilusionante para el aficionado madridista, la lúcida conexión entre 'Vini', Jude y Kylian, que acabó con gol del último además, llegó el primer partido liguero este domingo. Son Moix, estadio del Mallorca, sería testigo del primer escalabro del equipo madridista de la temporada 24-25 y con este, el fin de los sueños de imbatibilidad merengue.

El partido empezó bien. El conjunto blanco confirmó su superioridad y su tridente atacante siguió carburando y, fruto de ello, llegó el gol de Rodrygo Goes. No obstante, después de este tanto todo fue un descalzaperros.

El Madrid empujó y empujó, pero no pudo con el muro mallorquín. Y como dice otra máxima del fútbol... quién perdona acaba perdiendo. En este caso el deporte rey fue benevolente con los chicos de Ancelotti y solo el gol de Muriqui en la segunda subió al marcador, instaurando un empate que no se rompería y llenando el cielo madridistas de sendas nubes de dudas.

Una BMV de la que se espera mucho y ahora se duda

El Madrid de esta temporada es una amplísima constelación de estrellas. Tiene a Thibaut Courtois, considerado el mejor guardameta. Rüdiger y Militao como guardianes del fuerte. Carvajal y Mendy poniéndole el músculo a la defensa. Tchouamení, Camavinga, Fede Valverde como el motor del equipo junto con el veterano Luka Modric y arriba, bendito problema. En el ataque a Rodrygo, Vinicius y Mbappé tienen unos relevos de garantías como Brahim y Arda Guler.

Estos son algunos de los querubines que tiene Ancelotti a sus órdenes. Un bendito problema de finas joyas que hay que alinear para que suenen de la misma manera.

El caso este que este domingo se evidenció la tónica que tendrá el Real Madrid si no pone remedio el técnico italiano. Carlo tiene tres 'bombas nucleares' arriba. Eso está claro. No obstante, tiene un grave problema a la hora de defender porque pierde a varios efectivos en esta tarea con lo que le otorga a su rival una vertiginosa superioridad numérica.

Afortunadamente, tanto Fede como Jude, son dos pulmones que tratan de cubrir las carencias defensivas de 'Vini', 'Rodry' y Kylian. El problema que con eso es suficiente. Lo que sobra en ataque, en tareas defensivas carece y, de no revertirse esa situación más de un susto habrá a lo largo de la presente campaña.

La recién bautizada BMV, es decir, la conexión entre Bellingham, Mbappé y Vinicius, tiene mucho peso encima de sí. El mundo del esférico sabe que tiene mucho poderío y, tal es este, que hace que la presión sea aún mayor.

Por ello, tienen una difícil tarea. Y es que, a su juego dinámico y completo, también le tienen que añadir la ficha de la tarea defensiva, puesto que si no, su equipo, sufrirá con los grandes rivales y las críticas no tardarán en llegar.

Asimismo, la clave de su éxito pasará, además de marcar muchos goles y hacer un fútbol entretenido para los ojos del aficionado merengue, por finalizar las jugadas en ataque y ser solidarios con los esfuerzos individuales para poder correr para atrás cuando las cosas se den 'feas.

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