Los trabajadores del metro de Sao Paulo han comenzado una huelga indefinida y han interrumpido los recorridos de tres de las cinco líneas del tren subterráneo de la ciudad brasileña, dejando varados a millones de pasajeros a una semana del inicio del Mundial.
Las huelgas en sectores como el transporte público y la policía han sido comunes en Brasil en los últimos meses, en momentos en que los trabajadores utilizan el torneo para presionar por mayores salarios y beneficios.
Este jueves, algunos pasajeros frustrados rompieron las puertas de un tren y caminaron por las vías de la paralizada estación de Itaquera al ver interrumpidos sus viajes al trabajo. La estación, que transportará a miles de aficionados al estadio Arena Corinthians para el partido inaugural del Mundial el 12 de junio, operaba normalmente a media mañana:
La televisión local mostró a trabajadores del este de Sao Paulo, el área más pobre de la ciudad más grande de Sudamérica, regresando a casa después de que no encontraran forma de llegar a su empleo. Más de cuatro millones de pasajeros se quedaron sin transporte.
El tráfico estaba más congestionado que de costumbre en el centro de negocios de Brasil, aunque el problema era menos grave que hace una semana, cuando una huelga de autobuses que se extendió por dos días cogió por sorpresa a la ciudad.
Varios nuevos proyectos de transporte público prometidos para la Copa del Mundo no se han iniciado y otros están sin terminar, lo que ha causado un malestar generalizado. Las promesas incumplidas contribuyeron a oleadas de protestas en las calles el año pasado y han perjudicado la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff antes de las elecciones de octubre.
Sao Paulo acogerá el partido inaugural entre Brasil y Croacia el 12 de junio en el Arena Corinthians. Se espera que las negociaciones salariales de los trabajadores en huelga del metro se reanuden cuanto antes.