La Euroliga ofreció este martes a la FIBA un acuerdo "estable y a largo plazo" de colaboración en la organización de las competiciones de clubes a cambio de, entre otros asuntos, la retirada de las sanciones que pesan sobre varias selecciones que podrían perderse el próximo Eurobasket de 2017 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
En una reunión celebrada hoy en Múnich entre la Euroliga, una comisión negociadora de clubes y la FIBA, la organización presidida por Jordi Bertomeu propuso una serie de medidas para intentar desatascar un conflicto que amenaza con la salida de, entre otras, la selección española de baloncesto, de las próximos torneos internacionales.
Entre las propuestas, figuran cerrar un acuerdo estable y a largo plazo de colaboración entre FIBA y Euroliga con la integración de la primera en la segunda a través de nuevas estructuras de gobernabilidad y de organización de las competiciones. De este modo, la Euroliga se encargaría de dirigir a los principales clubes, en total 40, mientras que "el segundo escalafón" sería dirigido por la FIBA.
Además, se crearía un sistema de ascensos y descensos para la competición, se acordarían los calendarios en períodos de cuatro años teniendo en cuenta los huecos necesarios para las selecciones nacionales organizadas por FIBA, que se encargaría de dirigir los "transfers, el reglamento, la regulación de los controles de dopaje y la ejecución de las sanciones".
La Euroliga, mediante un comunicado, invitó a la FIBA a cerrar dicho acuerdo basado en la confianza mutua de las dos partes. Asimismo, pidió a cambio la eliminación de cualquier sanción a clubes o federaciones nacionales respetando la libertad de los primeros para tomar decisiones y la modificación de las normas que permiten dichas sanciones.
También ofertó establecer un nuevo marco de participación de los jugadores en las competiciones nacionales en el que debe existir una póliza mínima de seguros para los equipos que les presten, así como compensar a estos clubes "siguiendo el modelo de otros deportes profesionales".
FIBA Europa comunicó a mediados de abril a la Federación Española de Baloncesto (FEB) la exclusión de la selección española del Eurobasket 2017 por considerar que la entidad apoyaba "las prácticas ilegales de la Euroliga al permitir los acuerdos con sus ligas y clubes".
El conflicto comenzó en 2012, cuando la FIBA aprobó las convocatorias con los equipos nacionales durante la temporada de clubes para la clasificación del Mundial 2019. Contra ese decisión se levantaron los clubes y las competiciones por la modificación del calendario a la que se veían obligados por esa decisión de la FIBA.
Tres años después, la FIBA envió una carta a las ligas con el nuevo calendario internacional que entrará en vigor en 2017 y que provocó el rechazo de las ligas y de las competiciones como la Euroliga, que pidieron una reunión para discutir fechas comunes.
Meses después, la FIBA presentó la creación de una nueva competición europea, la "Champions League" del baloncesto, a la vez que la Euroliga hacia lo mismo con un proyecto en el que iba de la mano de los grandes clubes (Barcelona y Real Madrid entre ellos).
Ya en 2016, la Euroliga denunció a la FIBA y a FIBA Europa ante la Comisión Europea porque, a su juicio, estaban violando la legislación europea en materia de competición. Ante esa acción, la institución internacional amenazó con dejar a los países que apoyaron la nueva Euroliga fuera de las competiciones internacionales.
