El Real Madrid encontró siempre una salida para no caer aplastado por la superioridad del Manchester City (4-3) en la ida de las semifinales de la 'Champions League', una oda al fútbol en la que los merengues demostraron su ADN continental, su capacidad camaleónica para competir en cualquier circunstancia y dejar el todo abierto para la próxima semana en el Santiago Bernabéu.
Los de Carlo Ancelotti estuvieron a punto de caer al precipicio en varias ocasiones, sobre todo en un comienzo arrollador de los ingleses. Sin embargo, el Real Madrid se giró como un gato, evitó la caída y siguió la marcha como si nada. La respuesta fue felina, una magnífica definición de lo que 'es' el 13 veces campeón de Europa.
Kevin de Bruyne marcó a los dos minutos, asistidos por un gran Ryad Mahrez, y antes del minuto 10 llegó el 2-0 con un error defensivo que aprovechó Gabriel Jesus con rapidez. No había forma de frenar la tormenta ni de impedir la enorme presión del equipo de Pep Guardiola, que estuvo sobresaliente en la circulación.
Todo fueron problemas para los blancos, minimizados sin Casemiro, y con dificultades para alcanzar el campo contrario. Un par de errores de los 'citizens' en la salida pudieron cambiar el partido pero no fue hasta el minuto 30 cuando Benzema dejó su sello en el Etihad Stadium con un zarpazo al primer toque tras un centro de Mendy.
El francés no se cansa de marcar ni de ser el jugador más decisivo partido tras partido. Lo hace todo y todo lo hace bien. Ahí se llegó al descanso con un intercambio de golpes que siguió -por todo lo alto- al arranque de la segunda mitad con un Manchester City agresivo y profundo. Foden hizo mucho daño por la banda y las ocasiones comenzaron a sucederse.
Foden fue el primero con un cabezazo en el área pequeña que supuso el 3-1, pero Laporte -en dos ocasiones- y Mahrez perdonaron el cuarto del cuadro local antes de que Vinicius replicase con una jugada individual que evitó el sofoco del colectivo. El brasileño echó a correr solo desde su propio campo, le tiró un amago a Fernandinho y se plantó delante de Ederson para besar las redes con mucha clase.
Sin embargo, los de Guardiola volvieron a la carga en la jugada posterior y estuvieron cerca de ampliar su ventaja. Tuvieron que esperar hasta el 74 con un zapatazo de Bernardo Silva que llegó con polémica después de que el colegiado se llevase el silbato a la boca pero no ejecutase el pitido. Algunos jugadores blancos se quedaron quietos y Sil aprovechó la confusión para fusilar a Courtois.
Benzema, gloria blanca
Todo se había complicado para un Real Madrid que seguía a merced del juego de su rival o a la espera de una acción individual que cambiase el guion pero sin grandes esperanzas en el horizonte. El 'Hey Jude' se entonaba en las gradas y la final de París comenzaba a verse más real para los ingleses. Pero, otra vez el gen madridista en la 'Champoins' hizo acto de presencia.
Una mano muy clara de Laporte permitió a Benzema marcar desde el punto de penalti -con un lanzamiento a lo 'panenka'- y ampliar su cuenta a 14 dianas en la Liga de Campeones. El partido parecía morir pero los de casa todavía dispusieron de hasta dos ocasiones claras para anotar el quinto y desinflar la respuesta de los de Ancelotti.
Ruben Dias no llegó a un centro en el segundo palo y Mahrez buscó las cosquillas a una zaga que supo recomponerse a la perfección con Nacho tras el cambio de Alaba. La derrota es 'dulce' para un Real Madrid que deja el semáforo en verde para la vuelta y para seguir soñando con el billete a París. El Real Madrid necesita un gol para igualar la eliminatoria y dos, en su estadio y con su gente, para eliminar a Guardiola.