Para calcular el número de partidos que deben celebrarse en un torneo de tenis para dirimir un ganador no hay más que pensar que en cada choque hay un ganador que continúa en el torneo y un perdedor que se va a su casa eliminado. Así, por lo tanto, el número total de cruces necesarios es el número de jugadores que participan en el campeonato menos uno, es decir, uno por cada uno de los participantes que han sido derrotados sobre la pista.
Es fácil. Son matemáticas. Pero muchos se sorprenden al saber que, cuando esto se pregunta en un aula universitaria, son pocos los que saben encontrar la respuesta a la primera. Es habitual que los alumnos, incluso en el Grado de Matemáticas, intenten buscar soluciones complejas a un problema que tiene una respuesta tan directa.
“Yo estoy haciendo ahora un análisis sobre si el nuevo formato de Champions es mejor o peor que el formato anterior”, relata a Vozpópuli Samuel, un profesor de matemáticas universitario y amante del deporte que disfruta haciendo cálculos sobre estas cuestiones. Según explica, en el nuevo sorteo de la fase de liga, "el ordenador va tachando las posibilidades de calendario que ya no se pueden dar", ya que hay miles de ellas contempladas y otras miles que no pueden darse por las restricciones preexistentes. "Parece complicado porque hay muchos datos implicados, pero al final es sencillo de hacer para un ordenador".
Y es que lo cierto es que muchos aficionados al fútbol desconocen el complejo sistema que se escondía detrás de la famosa y prestigiosa Champions League. “En el formato anterior sabíamos que los equipos que estaban en el mismo bombo no se podían enfrentar entre sí, pero existían, además, otras restricciones para hacer la competición lo más atractiva posible”, asegura el matemático. Lo cierto es que el sorteo del calendario ocultaba un gran secreto que solo se comenzó a revelar en los últimos años de la competición. Antes de que llegara el disruptivo formato que se ha estrenado en la temporada 2024-25, el Real Madrid y el Barcelona nunca han jugado sus partidos el mismo día. “Durante el sorteo, la UEFA se aseguraba de que cuando un equipo tenía competición el martes, el otro la tenía el miércoles”. Esta, en efecto, era una imposición previa a la formación de los grupos.
Lo mismo ocurría con los equipos procedentes de las otras grandes ligas europeas: los equipos más potentes del mismo país se emparejaban y, mientras uno jugaba el martes, el otro lo hacía el miércoles. Esto se conseguía con una catalogación muy simple de los grupos: los grupos del A al D se denominaban grupos rojos y los grupos del E al H, azules. Si el Real Madrid caía en la primera mitad, el Barcelona lo hacía automáticamente en la segunda. Pero lo curioso es que los otros dos equipos españoles —que podían ser, por ejemplo, el Atlético y el Sevilla— también estaban emparejados de la misma manera, para que las televisiones de España se aseguran tener dos partidos de equipos españoles el martes y otros dos el miércoles.
El sorteo de la Champions es uno de los más dirigidos del mundo, y su funcionamiento ha estado en marcha en la sombra desde sus comienzos, en diferentes formatos. Las televisiones y los clubes sí los conocen porque aparecen en los contratos de derechos y en las normas de la competición, “pero al espectador se le ahorra ese esfuerzo y se le hace más simple”, explica el periodista deportivo de COPE Fernando Evangelio, con decenas de sorteos cubiertos a sus espaldas.
"Mi formato favorito es el de 32 equipos repartidos en grupos de 4. Los dos primeros pasaban a la ronda de octavos de final", indica el periodista de Tiempo de Juego, gran conocedor del fútbol internacional. “Por eso, de momento me está gustando más el formato anterior de la Champions League. Además, este parece un poco lioso, muy difícil de explicar y la UEFA prometía mejores partidos, pero no siempre se cumple. Lo que sí hay son más partidos contra equipos de nivel medio o bajo”.
Con este nuevo formato de 36 equipos, la UEFA cree que la clasificación "se comprime", de manera que en las últimas jornadas "está todo más ajustado". "Además, los últimos partidos se jugarán todos de forma simultánea y eso es algo que estoy deseando ver y que puede hacerme cambiar de opinión”, cuenta Evangelio.
Tebas apuntó a LaLiga a la revolución del calendario
Todas las competiciones profesionales del mundo, en mayor o menor medida, han acabado cayendo en los sorteos dirigidos. De esta manera, la Liga de fútbol española hasta la llegada de Javier Tebas a la presidencia utilizaba un calendario clásico de liga, también llamado ‘round-robin’.
El ‘round robin’ es el sistema de todos contra todos utilizado tradicionalmente en el fútbol. En cada jornada, hay rivales para todos, y esto se consigue colocando los equipos en una lista de, por ejemplo, 20 participantes. Dejando uno de ellos al margen —por ejemplo, el número 20—, los otros 19 forman una tanda en un orden definido que todos los rivales deben seguir. De esta manera, después de enfrentarse al equipo 1, se enfrenta al 2, luego al 3, y así sucesivamente hasta llegar al 19, para volver a empezar. En todas las jornadas hay un equipo al que le toca enfrentarse a sí mismo y, en esa fecha, lo hace contra el equipo comodín, el que se ha dejado al margen —en este ejemplo, el 20—.
"Desde hace varias temporadas, LaLiga utiliza el formato de calendario asimétrico libre”, explica a Vozpópuli su responsable de competiciones, Raúl Ojeda. Se trata de una modalidad de calendario “que permite introducir en el sistema cerca de 400 condicionantes para optimizar al máximo el calendario de partidos”
De esta manera, LaLiga puede cumplir con las solicitudes de clubes, otras competiciones y operadores de televisión. Así consiguen “que hasta la última jornada del campeonato haya importantes y distintos objetivos en juego por parte de multitud de equipos”, señala Ojeda.
"Una vez confeccionado el calendario de partidos, para programar los horarios de las jornadas, LaLiga se apoya en una aplicación propia que incluye inteligencia artificial cuyo nombre es Calendar Selector y mediante la cual se optimizan asistencias a los estadios y audiencias, tanto a nivel nacional como internacional”, aseguran desde LaLiga.
En su proceso de crecimiento desde la llegada de Javier Tebas como presidente de LaLiga, los derechos audiovisuales “están muy repartidos a nivel mundial”, como dice Ojeda, por lo que debe “establecer un equilibrio para que la competición pueda tener un gran seguimiento” el mayor número posible de países en los que puede verse. “Principalmente en España, por supuesto, pero sin olvidar que LaLiga es una competición que despierta interés también más allá de nuestras fronteras”.
"Antes de que se metiera el calendario asimétrico había muchos partidos que no se querían poner en según que fechas", cree el matemático consultado, y enumera las razones: "Un derby entre semana no venía bien, un Real Madrid-Barcelona en la jornada 37 ya era muy tarde porque igual el campeonato ya estaba decidido, si lo ponías en la 21, era demasiado pronto". Ahora, con el calendario asimétrico, además de estas, se abren otras opciones: "Yo, si te digo la verdad, no sé aún muy bien como lo hacen, porque hay tantas posibilidades… pero estoy seguro que hay un modelo matemático que, si te pones unos días, lo sacas. Al final hay gente que se dedica a esto y gana un sueldo, mientras que yo lo hago como pasatiempo".
En la Premier League inglesa se utilizaba un sistema similar para confeccionar el calendario al comienzo de la temporada que, para el periodista deportivo Fernando Evangelio, tiene claros inconvenientes con el que utiliza LaLiga: “Se entremezclan todas las competiciones a la vez entre copa, liga y demás que al final tienen un lío que yo, desde luego, no copiaría. Cuando llegan los meses de marzo-abril-mayo, cada equipo de la Premier ha jugado un número distinto de encuentros por culpa de los pendientes y aplazados”. Eso sí, "la Primer creo que piensa más en el aficionado que va al estadio y en el que viaja que en el que lo ve por la tele", apostilla.
El sistema suizo
Como puede observarse, los diseñadores de calendarios llevan décadas buscando la forma perfecta de organizar las competiciones, animados a ello por parte de los organizadores. En el año 1985 comenzó a usarse una simple fórmula denominada sistema suizo que buscaba este objetivo: que los contrincantes fuesen emparejándose automáticamente a medida que se fueran obteniendo mejores o peores resultados, para equilibrar los cruces. El deporte que ha popularizado este tipo de calendario es el ajedrez, donde los rivales de cada ronda son elegidos por un sistema matemático que se basa en la puntuación obtenida hasta ese momento.
"Tú tienes a 200 tipos jugando el torneo", plantea como supuesto Samuel. "Si quieres que jueguen todos contra todos puedes estar haciendo emparejamientos hasta el día del juicio final por la tarde", comenta el profesor universitario. "La solución que propone este sistema es que los que lleven un número de victorias similar se vayan enfrentando unos a otros", hasta que ronda a ronda, cada vez quedan menos imbatidos.
"Por hacer un símil, es como cuando en la jornada 10 de la liga de fútbol ya sabes que los que arriba van a acabar bien la temporada y los de abajo no, por eso se da prioridad a que se crucen los que son rivales directos", explica a Vozpópuli. De esta manera, cuando un jugador tiene un porcentaje de victorias alto, suele rebajarse después de enfrentarse a los mejores competidores del torneo.
El suizo, por tanto, es un sistema dinámico de creación de calendario que propicia que este se vaya conformando por sí mismo según avanza la competición. "Si solo dejas jugar 5 rondas en un torneo de 200 personas, es un atropello, pero si pones 10, 20 o 25, funciona muy bien", explica el profesor universitario.