Nada más acabar la final de Lisboa, en la que el Real Madrid derrotó al Atlético (4-1) y se proclamó campeón de Europa por décima vez en su historia, Cristiano se acercó a su hermano, le dio su camiseta y ambos se fundieron en un emotivo abrazo. Hugo Aveiro, de 39 años, se había comprometido a luchar contra su adicción al alcohol si el delantero del Real Madrid lograba tan ansiado título. Cristiano cumplió, ahora le toca a su hermano mantener su palabra.
"Cristiano siempre ha hecho todo lo posible para ayudar a su familia. Hugo recayó en las drogas varias veces. Pero Ronaldo siempre volvía a levantarlo. Insistía, a veces utilizando la fuerza, para que se tratara", contó hace unos días Dolores, la madre de ambos, en el diario 'L'Equipe'. Y así fue, Cristiano ya ayudó a su hermano hace unos años a superar sus problemas con las drogas y ahora la familia lucha para que Hugo Aveiro deje el alcohol, causa de la muerte del padre de los hermanos Aveiro, Dinis, que falleció en 2005 por una dolencia renal.