España también sabe sufrir para ganar. Así lo ha demostrado frente a Georgia, a quien hubo que remontar para conseguir el pase a los cuartos de final de la Eurocopa. Una victoria que no solo sirve para lograr la clasificación, ya que también baja los humos a una Selección que venía de hacer una fase de grupos impecable.
Luis de la Fuente sacó a los mismos que se enfrentaron a Italia y acertó, ya que España consiguió dominar durante los primeros minutos gracias a unos sobresalientes Nico Williams y Lamine Yamal. Las primeras ocasiones de la Selección se toparon con una trabajada defensa georgiana y al talentoso portero Mamardashvili, que una noche más demostró ser un portero de primera fila.
El dominio español no obtuvo premio, pero sí el fútbol en transición de Georgia. Un contraataque suyo sirvió para anotar el 0-1 que dejó a los españoles con cara de poker. Un buen centro de Kakabadze a la estrella del equipo, Kvaratskhelia, acabó con Le Normand marcando en su propia portería.
El gol tensó a España, que bajó su rendimiento ofensivo hasta que logró soltarse los nervios. Una vez lo consiguió, la Selección volvió a ser el mismo equipo que impuso su ritmo en los primeros compases de la primera mitad. Mientras, los georgianos decidieron refugiarse en la frontal de su área para sacar a relucir sus frenéticos contraataques.
La estrategia le salió bien: España apenas consiguió filtrar balones y llevar peligro sobre la portería de Mamardashvili y cuando lo hacía, se topaba con el portero. Ante la imposibilidad de marcar desde el área, fue necesario 'tirar' de Rodri y su fantástico disparo desde la frontal. El centrocampista recibió un pase de Nico y tras un recorte, soltó un inapelable zurdazo por abajo para empatar el choque.
El gol no cambió el guión: dominio español y una Georgia disfrutando con el constante movimiento del segundero. Algo que sucedió al poco de empezar la segunda mitad: un centro digno de Hollywood salido de las botas de Yamal llegó con suavidad hasta la cabeza de un Fabián Ruiz que no falló a la hora de rematar.
Con el 2-1, España consolidó la remontada, pero sin rebajar el ritmo. Para muestra dos datos: España firmó un 76% de posesión que, lejos de ser estéril como en periodos anteriores, permitió a la Selección disfrutar de más de treinta ocasiones de gol. A ello se sumó el cansancio georgiano, que dificultó ejecutar con tanta precisión como en la primera parte las transiciones en ofensivas.
Pese a lo que había en juego y lo corto del resultado, España se permitió el lujo de disfrutar los últimos minutos con su fútbol. Una auténtica fiesta con premio, porque llegaron dos goles más. También ayudó el gol de Nico Williams: el extremo izquierdo partió en velocidad desde su propio campo para batir a Mamardashvili con una letalidad extraordinaria. Dos minutos antes, anularon un gol a España por fuera de juego.
El fin de fiesta lo firmó Dani Olmo, que salió desde el banquillo ante una Georgia ya rendida. Un disparo raso que dejó a Mamardashvili haciendo la estatua y que selló de forma definitiva el marcador. Una goleada que consolida el proyecto de España en esta Eurocopa días antes del examen ante Alemania, la anfitriona del torneo.