La Federación Española de Natación (RFEN), a través de su presidente, Fernando Carpena, comunicó este jueves a la seleccionadora española de natación sincronizada, Anna Tarrés, que no renueva su contrato de cara al próximo ciclo olímpico y que prescinde de sus servicios. El despido se llevó a cabo mediante una conversación telefónica. Carpena sólo argumentó ante Tarrés que había llegado la hora de"crear sinergias diferentes".
La sincronizada española acaba de lograr en los Juegos de Londres dos medallas olímpicas, una plata en dúo y un bronce en equipos, con un conjunto renovado repleto de debutantes. Desde que Tarrés asumió el cargo de seleccionadora nacional en 1997, ha acumulado cuatro medallas olímpicas, 26 mundiales y 25 europeas. España es, junto a Rusia y China, el gran referente de la sincro y esta decisión se toma a menos de un año vista del Campeonato del Mundo que albergará Barcelona el próximo verano.
Anna Tarrés, una de las entrenadoras más respetadas de la sincro mundial, recibió la noticia de vacaciones en Extremadura, y sus primeras llamadas para comunicar la noticia fueron a su asistente, Beth Fernández, y a su capitana, Andrea. Una candidata a sustituir a Tarrés es Ana Montero, nadadora que estuvo bajo su disciplina y que hoy es coordinadora técnica de la Federación Española. Quien está descartada es Gemma Mengual, cuyo nombre también se había rumoreado.
"Estoy todavía en estado de shock, la verdad no me lo esperaba", manifestó la entrenadora, al tiempo que consideró que no sabe quien puede estar detrás de todo esto: "No sé si alguien me ha podido hacer la cama". "Me siento muy orgullosa de haber participado en los grandes éxitos de la sincronizada española durante todo este tiempo. No puedo decir mucho más. Fueron años muy buenos, inolvidables, y ahora hay que seguir adelante", comenta la ya ex seleccionadora de sincronizada.
A lo largo del día, algunas ex nadadoras celebraron la destitución de Tarrés. Así, Paola Tirados dijo que "yo no tengo que decir nada bueno de esta persona a nivel personal, no puedo dar ningún halago, ningún piropo. Fue una etapa de mi vida, una etapa en la que alcanzamos éxitos deportivos pero no en las mejores condiciones humanas de trabajo. Lo pasé muy mal, muy mal", comentó. Por su parte, Cristina Violán, retirada en 2009, ha añadido que "la gente sólo ve las medallas, pero son medallas que no saben como deberían de saber". Por eso, Violán reitera que hay que alegrarse de la noticia y de que las cosas vayan a cambiar, al tiempo que se muestra convencida de que el relevo será muy positivo y augura mayores éxitos si cabe en el futuro "porque las nadadoras son las mismas y son muy buenas".