La Fiscalía de Barcelona está investigando una tercera empresa por el escándalo de los pagos del Barça al arbitraje. En concreto se trata de la firma propiedad de un exdirectivo del FC Barcelona que habría girado pagos al exnúmero 2 del comité arbitral español José María Enriquez Negreira.
La compañía en cuestión sería Tresep 2014 SL, cuya propiedad pertenecía a Josep Contreras Arjona. Este último, fallecido el pasado mes de diciembre, fue miembro de las juntas directivas del club blaugrana durante las presidencias de José Luis Núñez, Joan Gaspart y Josep María Bartomeu, según informa El Confidencial.
Tanto Enriquez Negueira como su hijo pudieron recibir ingresos por parte de Tresep. Una sociedad cuyo desempeño estaba oficialmente centrado en la construcción y el mercado inmobiliario. Según consta en el registro mercantil, tuvo su nacimiento en agosto de 2014, con tal solo un capital inicial de 3.000 euros.
El administrador de Tresep 2014 SL era el abogado José María Molinario Valls, de Barcelona, pero fuentes de su entorno aseguran al medio citado que no ejercía función alguna dentro de la empresa.
El abogado habría ocupado el puesto gracias a su amistad con Contreras Arjona, verdadero propietario de la mercantil y que sólo asumió públicamente el rol de apoderado a partir de abril de 2015 -tres años antes de entrar en prisión por la adjudicación irregular de obras de la Federación Catalana de Fútbol
Una impección de Hacienda destapó toda la trama
Una inspección de Hacienda sobre los ejercicios 2016, 2017 y 2018 reveló que más del 95% de la cifra de negocios correspondía a pagos del FC Barcelona por asesoramiento "técnico" para "asegurarse de que no se tomaban decisiones arbitrales en su contra, es decir, 'que todo fuera neutral'", según apuntó el propio Enríquez Negreira a la Dependencia Regional de Inspección de la Delegación de Hacienda en Cataluña.
En palabras a la Cadena Ser, que desveló la inspección, Negreira resumió el asunto en el asesoramiento a los futbolistas sobre cómo comportarse con cada colegiado.
La relación contractual del Barça con la empresa de Enríquez comenzó en 2003 y terminó en 2018 por decisión del propio club, atendiendo al testimonio del entonces presidente Josep Maria Bartomeu. Las palabras de Bartomeu tienen fuerza de prueba toda vez que fue directivo del equipo blaugrana entre 2003 y 2005 -cuando presidía, como ahora, Joan Laporta-, vicepresidente entre 2010 y 2014, y presidente entre 2014 y 2020.
Casualmente, Enríquez Negreira dejó de constar como administrador de la empresa en favor de su hijo en 2004 y volvió a hacerlo en 2019, el último ejercicio de la sociedad. Entre 2008 y 2018, la firma integrada por el exárbitro y sus dos hijos facturó más de 3,6 millones de euros, con una media de 360.000 euros anuales, una cifra que se elevó entre los años 2016 y 2018. Fueron estos últimos los inspeccionados por Hacienda, cuyos resultados investiga la Fiscalía por presunta corrupción de particulares.
El lío estalló al no poder acreditar la empresa los servicios por los que obtuvo el dinero de su cliente, el mismo F.C. Barcelona. A preguntas de este diario sobre el vínculo del Barça con los ingresos de Dasnil más atrás del 2016, desde el club no han emitido comentarios. Este medio no pudo obtener respuesta de la otra parte.