Florentino Pérez ha despedido a Carlo Ancelotti, algo que tenía en mente desde hace meses. El máximo dirigente del Real Madrid lleva mucho tiempo sorteando hablar de Ancelotti y la próxima temporada. Lo hizo cuando montó antes del Clásico una rueda de prensa para negar el ultimátum a Ancelotti si perdía con el Barcelona. Pero incluso en esa comparecencia, al ser preguntado si podía asegurar que el italiano seguiría en el club para cumplir su contrato, respondió que ya hablaremos de la próxima temporada.
En noviembre, en plena racha de victorias del Real Madrid, Florentino se negó a hablar de una prolongación de contrato de Carletto. Ni el récord de 22 triunfos, con la consecución del Mundialito de Clubes por medio, hizo que el presidente se postulase a favor del italiano.
Un hecho fue decisivo. La derrota humillante ante el Atlético por 4-0 en Liga, encadenando cuatro derrotas y dos empates en lo que iba de temporada ante el Atlético de Simeone, soliviantó definitivamente a Pérez. Que aquella noche, alentado por sus directivos, decidió que la mano blanda de Carletto no era la idónea para seguir gobernando la nave blanca.
Ni siquiera la comunión de Ancelotti con el vestuario y con parte de la grada ha hecho temblar a Florentino. Carletto ha sido elogiado por propios y rivales por su elegancia en la derrota y su caballerosidad en la victoria. Por su señorío y por su excelencia. Un técnico que ha reconciliado al Real Madrid, a la institución, con campos y aficiones que Mourinho soliviantó hasta disparar la crispación de los adversarios como nunca había ocurrido en la historia del club.
Lo escenificado ayer en el Santiago Bernabéu no es fruto de una decisión repentina ni de un ‘calentón’ del presidente. Es el resultado del escepticismo de Florentino sobre el método mesurado y racional de Ancelotti. Carlo ya es una víctima más del Real Madrid de Florentino como antes lo fueron Del Bosque, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, Pellegrini y Mourinho. Y el próximo será Rafa Benítez. Si al presidente no decide otra cosa en las próximas horas... Porque a Pérez no le convele ninguno de los que están en el mercado. Su elegido es Joachim Löw, pero el alemán no llegará hasta verano de 2016.