El piloto español Carlos Sainz (Toro Rosso) ha explicado que sabe lo que debe "mejorar para impresionar de verdad" en su segunda temporada en la Fórmula 1, que se plantea con el "objetivo ideal de ir a Red Bull en 2017", para lo cual será importante batir a su compañero de equipo, Max Verstappen, considerado "el nuevo Senna", por lo él no tiene "nada que perder" en su duelo particular contra el holandés.
"A él se le da más bola, pero solo hizo tres adelantamientos más que yo en toda la temporada. Que al final los suyos hayan salido más por la tele que los míos... Pues se siente, toca jorobarse. Yo he hecho muchas otras cosas buenas y espectaculares que no han salido por la tele y que el equipo sí ha visto. Los números no mienten", explicó Sainz.
Durante un encuentro con medios españoles auspiciado por Red Bull, el piloto español explicó que se tomó "con filosofía" la mayor atención sobre su compañero de equipo en la primera temporada de ambos en la Fórmua 1.
"Me lo tomé con filosofía y pensé: 'Si es el nuevo Senna, y le gano, ¿yo qué voy a ser?'. No tengo nada que perder, así es como tengo que verlo. Obviamente confío en que lo puedo ganar y me lo tomo como un revulsivo, como una oportunidad única", explicó, aclarando que mantiene "una rivalidad sana" que a ambos les "viene muy bien", ya que Sainz siente que le han "clasificado como un 'rookie' muy bueno", a tenor de las valoraciones de gente importante de la F1.
"Mientras que la gente que entienda sepa valorarme, nunca me voy a comer la cabeza ni pensar demasiado en el 'qué dirán' de la prensa internacional. Cuando oyes a Horner, Marko, Alonso o Vettel decir esas cosas te quedas más tranquilo porque la gente que sabe, lo ve", reflexionó, convencido de que sabe que debe "mejorar para impresionar de verdad y crear una imagen de 'crack' para ir a Red Bull".
"Estoy seguro de que ellos quieren eso de mí. No me han puesto ningún objetivo concreto. Mi objetivo ideal es acabar en Red Bull, sin ninguna duda. Firmo ahora mismo estar en 2017 en Red Bull con el motor que sea", dijo con rotundidad, sin importarle las dudas en torno al equipo matriz de Toro Rosso.
De cara a su segundo año en la competición, explicó que "igual que el año pasado" deberán esperar "hasta Australia", sede de la primera carrera el próximo 20 de marzo, para saber "más o menos" que lugar ocupan en la parrilla. "A nivel personal, quiero seguir dando esa buena impresión, hacer un año constante y consistente de principio a fin, dar un salto de madurez y calidad. El resto lo va a hacer la experiencia de un segundo año", confió, esperando "no sufrir tanto en carrera" como en 2015.
"El año pasado era un poco agobiante y desesperante en carrera, era muy difícil defenderse. Con un poquito más de caballos, que se nos hagan un poquito más sencillas las carreras porque el año pasado, tela. Veremos cuánto da el motor Ferrari. De momento todo es positivo, no tengo malas noticias que dar y todo indica que deberíamos dar un paso hacia adelante", desveló con optimismo.
Propulsado por la Scuderi', Sainz espera olvidar su "mal año de sufrir la mayoría de problemas", en el que "todos los abandonos (7)fueron por culpa de fiabilidad" y "ninguno" por error de pilotaje. "Pero luego lo piensas y dices: '¿De qué me voy a quejar? Estoy viviendo el sueño de la Fórmula 1'. Al día siguiente te despiertas después de ese fallo mecánico y te dices que estás viviendo el sueño de millones de personas, que eres una persona súper afortunada. El cabreo es fuerte, ojo, pero dura poco", detalló.
De fondo, "siempre" tendrá en cuenta "los buenos consejos" de su padre, pero Carlos Sains sénior mantendrá el "pasito atrás" que dio hace un año. "Fue por el simple hecho de que cuando un equipo de Fórmula 1 te ficha y te conviertes en un profesional no es buena imagen ni tiene sentido tener un padre supervisando todo lo que haces. El equipo confía en ti, no en tu padre, te ha elegido a ti, y no das una imagen de disciplina y madurez si tienes que tener un padre hablando con los ingenieros", subrayó sobre aquella decisión consensuada.
En cuanto a cómo convive con la fama desde su desembarco en la Fórmula 1, apuntó que en Londres, la ciudad en la que vive, la gente no le para por la calle a no ser que le "reconozca un taxista por casualidad", pero que sí ha empezado a "notarlo en España". "Te vas a cenar con amigos y notas que te reconocen. Impacta un poco porque siempre vi cómo le pasaba a mi padre y yo iba detrás de él como un mico. Ahora me impacta que me reconozcan a mí. Que todo sea eso, yo encantado", concluyó.