Mira que si al final resulta que Fernando Alonso tenía razón al salir corriendo de Ferrari en busca de un proyecto ganador... El piloto español lo repite cada vez que le preguntan. No quería seguir siendo un "segundón" -en el mejor de los casos- detrás de Mercedes y en el equipo italiano no veía mimbres para recortar la distancia con la escudería alemana.
Así que cogió la maleta y, haciendo de tripas corazón, regresó a McLaren, un lugar donde en 2007 había pasado el peor año, desde el punto de vista personal, de su carrera deportiva. En 2015 el calvario se repitió, esta vez en el aspecto meramente deportivo. Pero el asturiano lanzaba constantes mensajes de paciencia y esperanza.
Ferrari, mientras tanto, pareció acercarse peligrosamente a Mercedes en los primeros compases, pero la ilusión se convirtió en espejismo. "Sin Fernando Alonso hay mejor ambiente de trabajo, y eso nos permitirá dar el salto definitivo en 2016", voceaban los italianos. Alonso insistía: "El único capaz de alcanzar a Mercedes es McLaren-Honda".
Llegó 2016 y el grave accidente del asturiano en Australia. Mientras McLaren da lentos pasitos en su evolución, Ferrari se estanca. No corre más que el año pasado y, por lo visto, cuando le exige mucho al motor, este no aguanta y explota.
Como explotó Vettel en la última cita, el GP de Rusia, cuando el ruso Kvyat le embistió en la salida, le hizo chocar y tuvo que abandonar la carrera. "No sé qué cojones hacemos aquí", exclamó el alemán. Enfadado, ee refería al piloto de Red Bull, pero Sebastian empieza a impacientarse porque las grandes mejoras prometidas por Ferrari no llegan y porque, aunque sigan muy lejos, los dos McLaren puntuaron en Sochi y parecen en la buena senda.
Tanto, que Alonso ya tiene el podio en el punto de mira. "No está previsto que haya nada importante en el motor para las próximas carreras, pero sí de chasis y aerodinámica -declaró en El Partido de las 12 de la COPE-. Vamos a pensar en ir rápido en las curvas hasta que llegue algo para la potencia de motor, que sigue siendo nuestro talón de Aquiles. Llegan ahora circuitos como el de Barcelona y Mónaco donde el chasis es importante y no motor cuenta bastante poco. Ahí vamos a tener una buena oportunidad".
En este sentido, el ovetense remarcó que cree que "con un poco más de potencia y alguna mejora" que puedan introducir, en una carrera como la del GP de Rusia en la que acabó "sexto con gran facilidad", podría acabar "segundo o tercero". "Quedan muchos Grandes Premios y no vamos a tirar la toalla", subrayó.
Para fortalecer ese argumento hay que recordar que mientras que a Ferrari sólo le quedan seis fichas (tokkens) para mejorar el motor en 2016, Honda tiene más del doble, 14, lo que en teoría debería notarse a medida que avance el campeonato (a Mercedes le quedan 11 y a Renault, 24).
Alonso tiene puestas sus esperanzas verdaderas de triunfos, incluso de título, en el Mundial de 2017, pero si este año consigue acercarse e incluso adelantar alguna vez a Ferrari, las carcajadas retumbarán en Maranello.