La Federación Española de Fútbol (RFEF) consultó a FIFA sober la legalidad del partido amistoso que disputará este miércoles en Doha ante Uruguay. Pero no lo hizo por jugar en este emirato, bajo sospecha desde que la revista 'France Football' destapara que la candidatura catarí podría haber pagado 20 millones de dólares a cuatro miembros de la FIFA para que le concedieran la organización del Mundial 2022. La razón es que Uruguay es uno de sus rivales de La Roja en la Copa de las Confederaciones. Tras leer el reglamento de la competición que se disputa el próximo junio, en la FEF vieron un apartado que daba lugar al equívoco.
Según señala el punto sexto del apartado cuatro referido a 'Asociaciones Miembros Participantes', dentro de las disposiciones generales del reglamento de la Copa Confederaciones de Brasil 2013, las selecciones que se enfrentan en la competición no pueden jugar antes amistosos entre sí. "De acuerdo con el calendario internacional de partidos, las asociaciones participantes podrán jugar partidos amistosos antes de la competición cuando lo deseen y con la selección o club que elijan, excepto con sus rivales en la fase de grupos", dice textualmente dicho apartado.
España y Uruguay son rivales de grupo en la próxima Copa Confederaciones, por lo que su amistoso podría contravenir el reglamento. Ese apartado condujo a la RFEF a ponerse en contacto con la FIFA. "No hay problema alguno para la disputa, tenemos el total beneplácito de la FIFA con la que hemos consultado en su momento antes de concretar el encuentro amistoso en Doha", señaló Jorge Pérez, secretario general de la RFEF.
Los campeones de Europa y América, España y Uruguay, se medirán este miércoles en el estadio Internacional Khalifa de Doha desde las 21.00 horas (19.00 hora española).