"Tito dirigirá al Barça el próximo año. Confiamos en él, no era fácil llevar la transición y lo ha hecho muy bien". Estas declaraciones del vicepresidente deportivo del Barça tras la humillante eliminación de la Liga de Campeones ante el Bayern son las peores que puede escuchar un entrenador, pues en el mundo del fútbol casi siempre son la antesala de una destitución.
Josep Maria Bartomeu dijo lo que tenía que decir, sobre todo porque la enfermedad que padece el técnico del Barça condiciona cualquier valoración sobre su labor. Sin embargo, y aunque resulte duro decirlo y aún más exponérselo al propio interesado, lo cierto es que tanto Sandro Rosell como Andoni Zubizarreta han perdido la confianza en Tito, por más que el presidente y el director deportivo fueran sus principales valedores cuando decidieron que ocupara el puesto de Pep Guardiola.
Ambos, al igual que otros directivos, son conscientes de que su enfermedad le ha impedido desarrollar con normalidad su trabajo al frente del Barça, aunque al mismo tiempo saben que esas mismas circunstancias les impiden valorarle como técnico y tomar una decisión que podría resultar demasiado drástica. El partido del Allianz Arena, donde el Barça fue arrollado por el Bayern y Tito fue incapaz de reaccionar, fue un antes y un después para el técnico azulgrana.
Prueba de que la continuidad de Tito no está nada clara es que alguno de sus colaboradores ya ha empezado a moverse ante la posibilidad de no empezar la próxima temporada. Lo más sencillo para los rectores del club catalán sería que fuera el propio Vilanova quien renunciara a su cargo, aunque esto es algo que, al menos de momento, Tito no tiene previsto hacer.
"El Barcelona tiene que estar contento por lo que ha hecho sin mirar a nadie más", dijo Vilanova en la previa de medirse este domingo al Valladolid en el Camp Nou. "La obligación era recuperar la Liga que perdió el año pasado, la cuarta en cinco años. Ese era nuestro objetivo para este año y la gente tiene que estar contenta por eso".
Después de derrotar al Valladolid (2-1), el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, entregó el trofeo de campeón de Liga a Puyol, capitán azulgrana, quien no dudó en entregar el trofeo a Abidal y Tito Vilanova para que fueran ellos quienes lo levantaran. Este lunes, el técnico viajará de nuevo a Nueva York para realizarse un novedoso estudio de inmunoterapia oncológica y no volverá hasta el viernes para estar ante el Espanyol.