Con las dificultades previstas ante una selección como Kazajstán, tácticamente muy enrevesada, España tiró de fiabilidad y clase para sentenciar en el tramo final del partido. Ganó 5-2 el partido de octavos y se jugará la cita de cuartos ante Rusia.
Tras un primer tiempo complicado, que finalizó con empate a uno, la selección regresó del descanso dispuesta a demostrar el porqué de sus dos estrellas de campeona del mundo.
Controló en todo momento el juego, se puso por delante en el marcador (2-1) y sólo la falta de un punto más de verticalidad y el entramado estratégico kazajo mantuvieron en vilo el marcador.
Con 3-2, una decisión arbitral pudo ser nefasta para los hombres de Venancio. En un contragolpe Lozano se lesionó en una rodilla, cayó al suelo y uno de los colegiados, sorprendentemente, le mostró la segunda tarjeta amarilla mientras lloraba de dolor tirado en el parqué.
Con un jugador menos, La Roja sacó a relucir todas sus virtudes. Los hombres disponibles se defendieron como jabatos y tuvieron el acierto además de robar dos balones que acabaron por sentenciar al incómodo rival.
Lozano, Rivillos, Miguelín y Raúl Campos (además de Nurgozhin en propia puerta) fueron los goleadores españoles.