Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y la que encabeza esta noticia lo demuestra meridianamente. Ocurrió en la presentación de BeIN Sports, la cadena que se ha hecho con los derechos de la Liga de Campeones en España, para emitirla a través de la televisión de internet de Mediapro, presidida por Jaume Roures. La foto muestra a la clase dirigente del fútbol español en su máximo esplendor. En la imagen aparecen dos condenados en su día por apropiación indebida (Gil Marín y Cerezo), un presidente salpicado por trama Púnica -tras pagar 300.000 euros al conseguidor Alejandro de Pedro- para posicionamiento en las redes sociales (Florentino), y otro presidente que cobró minutas en 22 de los 27 concursos de acreedores del fútbol español de 2013 (Tebas).
El acto en cuestión pretendió ser una exhibición de fuerza de Roures en medio de la guerra que enfrenta a su plataforma con Teléfonica. El pasado verano, Mediapro adquirió los derechos audiovisuales de la Champions League para las próximas tres temporadas. Para sacar partido a este producto, lo empaquetó en un nuevo canal que explota junto con Al Jazeera, BeIN Sports, y se lo ofreció al resto de los operadores. Mediapro y Telefónica están condenadas a entenderse, puesto que este producto es fundamental para rentabilizar sus negocios, pero las posturas están alejadas. Roures solicita a Telefónica una cuota fija por estos derechos deportivos que Telefónica considera “desmesurada”.
En la imagen no aparece Jaume Roures, que muy bien podría ser el autor de la foto. Roures reunió a este significativo elenco de personajes para demostrar su poderío en el fútbol español. En la misma aparece su más leal compañero, y no me refiero al número 2 de Mediapro, Tacho Benet. Es Javier Tebas, quien se ha posicionado una vez más del lado de su socio en Spanish Soccer Internationial Marketing AIE, donde el dirigente de la LFP es consejero y presidente, mientras el capo de Mediapro es secretario.
Tebas, escoltado por sus leales Gil Marín y Manzano, se aleja de Florentino, quien se sitúa junto al jeque Al-Khelaïfi con Miguel Cardenal de cortafuegos con Tebas
Es muy significativa la forma en que están colocados. Tebas aparece escoltado-protegido por Gil Marín y Cerezo, dos piezas claves en su dominio en la LFP, y distanciado de Florentino Pérez, con quien mantiene un trato más frío ahora que el del Real Madrid se ha acercado a Telefónica, buscando cobrar más dinero por los derechos televisivos del club.
Florentino se sitúa junto al jeque Nasser Al-Khelaïfi, presidente BeIN Media Group y del PSG, con quien mantiene buena relación personal, y quien le ha manifestado su interés por la contratación de Cristiano Ronaldo. Como cortafuegos aparece la figura de Miguel Cardenal, el secretario de Estado para el Deporte, misteriosamente cercano a Florentino, con quien estuvo en la comida de Navidad del Real Madrid con la prensa, una presencia tan enigmática como inoportuna por el comparativo agravio mostrado por otros clubes.
Con la aparición de Tebas, Cardenal, Al-Khelaïfi y Florentino, Roures parece enviar un órdago a Telefónica. Sólo hay dos ausencias notables en la foto: el presidente de la Federación Española, Ángel María Villar, y el presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu. Es cierto que está Manel Arroyo, vicepresidente de Comunicación del FC Barcelona, pero el primer espada del club azulgrana quien ha roto con Roures y Mediapro, tras firmar con Teléfonica. Si eso ocurriese, Tebas podría tener complicada su permanencia en la presidencia de la LFP. Finalmente aparecen los presidentes de otros equipos europeos representados, de izquierda a derecha por Fernando Roig (Presidente Villarreal CF), Jon Berasategi (Director General del Athletic Club), José Castro Carmona (Presidente Sevilla FC).
Roures no quiere rebajar el precio a Telefónica porque supondría una reducción del beneficio en la operación. Lástima que la foto di famiglia del empresario trotskista no haya servido para nada por el nuevo fiasco protagonizado por Totalchannel, la televisión de internet propiedad de Mediapro a través de la que han pretendido comercializar los derechos de BeIN Sports. Un esperpento que ha impedido a los clientes (previo pago de 9,99 euros al mes) ver con normalidad los partidos de la primera jornada de la Liga de Campeones por saturación de sus servidores.