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Mourinho, enfadado con el mundo, ya no se lleva bien ni con los jugadores portugueses

Mourinho enfila la salida y parece desatado. No sólo abroncó a Cristiano, últimamente más comprometido que nunca, tras el partido de Copa ante el Valencia, sino que este sábado abandonó en el entrenamiento para ir a ver jugar a su hijo. 

José Mourinho insiste en provocar al Real Madrid, y Florentino Pérez, presidente del club, acumula razones para prescindir de él en junio. Sólo así se explica el encontronazo dialéctico  del técnico con su paisano Cristiano tras el encuentro copero ante el Valencia y, sobre todo, que esa discusión haya sido convenientemente filtrada y confirmada a varios medios de comunicación.

Sportytou.es fue el primero en informar de la bronca entre Mourinho y Cristiano a raíz de que el primero acusara al delantero “de perder muchos balones y de no bajar al campo propio para echar una mano al resto de compañeros”.

A partir de ahí diferentes medios de comunicación se hicieron eco del asunto, e incluso varios futbolistas de la plantilla blanca confirmaron “el cambio de impresiones” entre técnico y estrella. El último, Albiol, quien este sábado en la rueda de prensa previa al encuentro liguero reconoció la discusión pese a pretender quitarle hierro: "Tuvieron un intercambio de opinión pero nada más. No va a afectar al equipo ni al rendimiento. Queda allí porque tenemos un partido importante en Valencia y todos queremos ganar".  

No acaban ahí los cada día más descarados desplantes de Mou al club. El luso, siempre exagerado en su puesta en escena, forzó un poco más la máquina este sábado con su extraño e inusual comportamiento. Lo explica el propio Real Madrid en una nota oficial: "Llegó a las ocho y media de la mañana para preparar el vídeo, las charlas tácticas, el entrenamiento y diseñar la convocatoria. Realizó un entrenamiento táctico a las 11.45 horas y aprovechó para marcharse a ver jugar a su hijo. Regresó a las 14:35 horas y desde ese momento está en Valdebebas con sus colaboradores para preparar el partido y planificar los entrenamientos de la próxima semana".

Lo que en las últimas semanas sale del club y, convenientemente dirigido, aterriza en la prensa es la soledad de Mourinho. El que hasta ahora era considerado líder absoluto e incontestable del vestuario blanco aparece ahora retratado como un personaje solitario y huraño que ha perdido incluso el cariño de los jugadores portugueses.

Así, además de la citada bronca con Cristiano –con el que ya mantuvo agrios enfrentamientos dialécticos cuando coincidieron en la Premier-, están el castigo a Coentrao por llegar tarde tras las vacaciones de Navidad o la falta de delicadeza con el lesionado Pepe, a quien, según el diario As, ni siquiera le preguntó por su recuperación tras regresar de Portugal después de ser operado.

      

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