Españoles y rusos saltaron a la pista de un O2 medio vacío a disputar "el partido que nadie quiere jugar", en palabras del capitán azulgrana, Juan Carlos Navarro.
El encuentro, en el que los entrenadores repartieron esfuerzos y minutos entre sus jugadores menos habituales, se lo llevó el que menos falló. La poca intensidad y la fragilidad defensiva en ciertos momentos de la contienda parecían más propias de un amistoso o de un partido de solteros contra casados que de un encuentro de Final Four.
Arrancó el choque el Barcelona con su once de gala, con la única ausencia del australiano Nathan Jawai, que no volverá a jugar esta temporada por una rotura del tendón peroneal, pero sí con el capitán, el sempiterno Navarro, que acude puntual a su cita con la Euroliga.
Comenzó fuerte el equipo entrenado por el italiano Ettore Messina, que endosó, nada más comenzar el partido, un 11-2 a los azulgrana, que no se encontraban cómodos sobre el parqué del majestuoso O2 Arena londinense.
Marko Todorovic (11 puntos y 4 rebotes) parecía, junto a los siempre fiables Ante Tomic (10 puntos y 6 rebotes) y Navarro (17 puntos), el único dispuesto a cuestionarle el liderazgo al todopoderoso equipo ruso.
Mientras las gradas se iban llenando de aficionados madridistas y helenos, el estadounidense Sonny Weems hizo las delicias de los presentes al culminar una gran jugada que él mismo inició poniendo un tapón con un espectacular mate, que se llevó los aplausos del coliseo londinense.
No fue hasta el minuto 14 cuando el Barcelona se puso por delante en el marcador por primera vez gracias a una canasta del australiano Joe Ingles. El intercambio de puntos fue, sin embargo, la nota predominante en el segundo cuarto (35-35, m.20).
Tras el descanso, los de Messina comenzaron mucho más metidos en el partido y le endosaron un parcial de 13-0 a los azulgrana, que no anotaron en los primeros tres minutos. Los moscovitas atacaban por todos los frentes. Y les entraba todo (59-55, m.30).
En el último cuarto, y con el partido aún por resolver, el técnico azulgrana, Xavi Pascual, aprovechó para dar entrada al joven senegalés Papa Mbaye, de 22 años, que aún no había debutado en esta Final a Cuatro.
Se acercó el Barcelona en el marcador en los instantes finales gracias a un Navarro inconmensurable y a un Erazem Lorbek que parecía despertar, por fin, de su letargo (74-73, m.39).
Sin embargo, dos tiros libres anotados por Weems a falta de menos de un minuto y una serie de errores en la última posesión azulgrana inclinaron del lado moscovita el partido que nadie quería jugar.
Ficha técnica:
CSKA Moscú (15-20-24-15): Teodosic (5), Weems (14), Vorontsevich (4), Kaun (7) y Khryapa (16) -quinteto inicial- Micov (6), Erceg (2), Jackson (13), Krstic (7) y Papaloukas (-).
Barcelona (12-23-19-19): Huertas (-), Navarro (17), Ingles (7), Lorbek (8) y Tomic (10) -quinteto inicial - Abrines (10), Jasikevicius (2), Todorovic (11), Wallace (3), Rabaseda (5), Mbaye (-).
Árbitros: Robert Lottermoser (ALE), Matej Boltauzer (ESL) y Elias Koromilas (GRE). Sin eliminados.
Incidencias: Partido por el tercer y cuarto puesto de la Final a Cuatro de la Euroliga, disputado en el O2 Arena de Londres ante 10.716 espectadores.