El futbolista Neymar, su padre y los expresidentes del Fútbol Club Barcelona Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu han sido absueltos de los delitos de corrupción y estafa en el fichaje del jugador por la entidad en 2013. La Audiencia de Barcelona ha tomado esta decisión tras la retirada de la Fiscalía, que allanó el camino al futbolista para no ser condenado.
En el caso conocido como 'Neymar 2', se juzgaba el fichaje del delantero por el que el Barça pagó a N&N Consultoria Esportiva 60 millones de euros por diversos conceptos entre 2011 y 2013. Y al Santos Club de Fútbol, otros 25 millones: 17,1 por el traspaso y 7,9 por la opción preferencial que jamás ejerció sobre tres jóvenes promesas del equipo brasileño, así como dos amistosos del que solo se jugó uno.
Sin embargo, el fondo de inversión brasileño DIS, que ejerce la acusación particular, solo percibió 6,8 millones por toda la operación pese a tener un 40% de los derechos de traspaso del delantero. Motivo por el que se querelló contra los acusados a los que la Audiencia de Barcelona ha absuelto.
La defensa negaba corrupción con el millonario contrato con el Barça, mientras que las acusaciones se mantienen firmes y denuncian que solo se ha visto la punta del iceberg.
El juicio por el millonario fichaje de Neymar en el Barcelona toca así a su fin de una manera muy distinta a cómo comenzó el pasado 17 de octubre. Los acusados por presunta corrupción entre particulares y estafa llegan al final de este periplo con la Fiscalía fuera de juego. La retirada de la acusación por parte del Ministerio Público daba alas a la defensa del futbolista, que ha insistido hasta el último momento en que no hubo delito ni se pagaron mordidas millonarias con el contrato.
El juicio, que ha despertado gran interés mediático, pone punto y final a un procedimiento que arrancó hace ahora siete años.
El futbolista del París Saint-Germain se libra, de esta manera, de los dos años de prisión que pedía la Fiscalía por presuntas irregularidades en el fichaje del club blaugrana. Ahora, aunque todavía afrontaba una pena de dos años y medio que solicitaba para él la acusación particular del procedimiento, finalmente la Audiencia Provincial de Barcelona, ha lo ha rechazado, evitando así que Neymar ingrese en prisión.
Su defensa, sin embargo, negaba delito alguno con estos hechos. Sostenía que los primeros contratos suscritos a finales de 2011, cuando Neymar acababa de renovar por el club brasileño de Santos Futebol Clube, no fueron más que un acuerdo de intenciones. Este lunes apelaron a dicha tesis mientras que el penalista Carlos Gómez-Jara, que pleiteaba en nombre de la firma de los padres, planteó falta de jurisdicción y de legitimidad de las acusaciones.
El proceso contra Neymar comenzó hace siete años
El juicio, que ha despertado gran interés mediático, pone punto y final a un procedimiento que arrancó hace ahora siete años. El asunto se instruyó en la Audiencia Nacional, pero en 2019 se derivó a Barcelona porque los hechos ocurrieron allí. Con todo, antes de deshacerse del caso, el órgano envió al banquillo a todos los implicados en este fichaje por el que el Barça pagó 40 millones de euros entre diciembre de 2011 y enero de 2014.
EL PRACTICO
Un Ejemplo MÁs De La CorrupciÓn Que Opera En El Seno Del Poder Judicial CatalÁn.
Blade Gunner
Ya somos dos, PepeFrutos.
EL PRACTICO
Un Ejemplo MÁs De La CorrupciÓn Que Opera En El Seno De La Justicia Catalana.
RafaR
Estoy en desacuerdo con su comentario sobre el SMI. Por supuesto que al buen profesional hay que pagarle. Soy un firme defensor de que pagar bien a los trabajadores es fundamental para atraer talento y profesionalidad a la empresa, y que eso es la base sobre la que se construye el éxito de la misma. Pero no he leído en ningún sitio que haya que pagar a ningún trabajador el SMI y punto. El SMI es el salario mínimo. Yo, personalmente, nunca he sabido cuánto es el SMI, pues mi salario siempre ha sido otro, en función de mi formación y méritos profesionales. Y, como yo, cualquier trabajador cualificado. El SMI sólo afecta, en la realidad, a trabajadores (muy) poco cualificados, cuya productividad suele ser muy baja. Subir ese SMI implica que las empresas se ven obligadas a pagar a esos trabajadores por encima de su valor de mercado. Esto suele afectar a empresas pequeñas, a las que se les va haciendo cada vez más vulnerables. Teniendo en cuenta que España es un país de empresas pequeñas y con poca capacidad de generar alto valor añadido (no disponemos de un buen tejido industrial y tecnológico -somos más bien un país de bares, por simplificar-), el impacto de forzar artificialmente al alza los salarios es brutal en ese tipo de empresas. Si una camarera de hotel (la que limpia las habitaciones) le cuesta a una empresa cerca de 2000 euros (salario más cotizaciones), ¿cuántas camareras de hotel se va a poder permitir un pequeño hotel de provincias? ¿O cuántos camareros se va a poder permitir un pequeño restaurante?