Año en blanco del Barcelona Lassa y todas las reformas que se barruntaban en caso de derrota en la final de la ACB se están cumpliendo. El costalazo frente al Real Madrid, que dio el título a los blancos, representó el previsible final de la etapa de Xavi Pascual al frente del equipo catalán, y todo apunta a que en los próximos días se anunciará la llegada a su puesto del lituano Sarunas Jasikevicius, que firmará un contrato por dos temporadas más una tercera opcional.
Pascual aterrizó en el banquillo azulgrana como primer entrenador en 2008, relevando a Dusko Ivanovic. Su balance en este ciclo de ocho años y cuatro meses ha sido de una Euroliga, cuatro Ligas Endesa, tres Copas del Rey y cuatro Supercopas ACB.
Los dos últimos cursos casi en blanco (sólo una Supercopa), la sorprendente eliminación esta temporada en cuartos de final de la Copa y el resbalón en Euroliga ante el Lokomotiv Kuban han supuesto una carga demasiado pesada para el técnico azulgrana, al que aún le restaba un año de contrato.
No ha sido la única cabeza que ha rodado en la sección. Joan Creus, manager del equipo, ha anunciado en Barça TV su decisión de no continuar la dirección técnica del basket azulgrana. "En primer lugar, ya llevo ocho años, una etapa muy importante, y creo que ya ha llegado el momento -ha declarado Creus, preguntado por los motivos de su marcha-. En segundo lugar, es lógico que, si no se consiguen los objetivos marcados por el club, se dé paso a otros proyectos".
En cuanto al nuevo nombre para el banquillo, toda una leyenda culé como Jasikevicius, cabe recordar que fue un jugador clave en dos etapas con el Barcelona. Con los catalanes llegó a ganar, por ejemplo, la primera Euroliga de club, en 2003.
Su experiencia hasta ahora con la pizarra, eso sí, es parca. Tras su retirada como jugador, pasó a ejercer como asistente en el Zalgiris, terminando este año ascendiendo al puesto de entrenador jefe tras la destitución de Gintaras Krapikas por parte de los bálticos, con los que terminó ganando la liga lituana. Savia nueva para intentar ilusionar a un Palau Blaugrana que se vacía ante el éxito de su eterno rival.
