Poco o nada se le puede reprochar a Leo Messi tras el rendimiento que ha dado al FC Barcelona en los últimos años. Sus actuaciones y, en especial, sus goles han llevado al equipo catalán a lograr los mejores resultados de su historia.
Sin embargo, el argentino lleva tiempo dejándose llevar en lo que a su preparación se refiere, algo que tarde o temprano tenía que reflejarse sobre el terreno de juego, sobre todo cuando su equipo está cada vez más lejos de ser el que fue y él debería demostrar que sigue siendo el número uno.
Messi ha sido hasta ahora intocable, pero poco a poco está dejando de serlo. Al menos de puertas hacia afuera, pues en el vestuario sigue siendo el que manda y nadie se atreve a rechistarle. Eso sí, sus compañeros alucinan cuando, por ejemplo, el 10 decide no salir a entrenarse con ellos y, en lugar de irse al gimnasio, como muchas veces se puede pensar al no verle con el grupo, se queda... jugando a la Play.
La portada de 'La Gazzetta dello Sport' no dejaba dudas. Con el título 'The End (fin)' y una foto de Messi tapándose la cara tras la derrota del Barcelona ante el Atlético en el Calderón, el diario italiano apuntaba claramente al 10 como uno de los máximos responsables de la eliminación europea. En el subtítulo también se hacía referencia al mal partido del argentino: "Fue una comparsa". "Sí, sí, Simeone finaliza la Era del Barça", fue el título en páginas interiores.
"Hoy no nos interesaba mucho que Leo tuviera mucha participación", dijo Martino tras el partido del Calderón en un intento de defender lo indefendible. Según las estadísticas ofrecidas por la UEFA, Messi corrió 6,8 kilómetros por el césped del Calderón, algo más de la mitad de los 12,2 del rojiblanco Koke y sólo 1,5 más que su amigo José Manuel Pinto (5,3). Curiosamente, el líder en la estadística en el Barça fue el veterano Xavi, con 11,8, seguido del incombustible Jordi Alba (11,5).
Pep Guardiola se marchó del Barça harto, entre otras cosas, de aguantar a Messi. El Tata Martino, rosarino como él, asumió desde el primer día quién era el que mandaba en ese vestuario. Aunque es normal que sus exhibiciones hayan impedido ver lo que realmente estaba ocurriendo de puertas hacia adentro, ha bastado que Leo baje alarmantemente su nivel, para que le hayan empezado a llegar las críticas. Veremos si éstas van a más y si al final resulta que, como piensa más de uno, el Barça se plantea traspasarle.