Seis días después, Luis Suárez emitió este lunes un comunicado a través de sus cuentas oficiales en las redes sociales que no deja dudas sobre lo sucedido y sobre su arrepentimiento. Eso sí, lo hizo sin que su actual club, el Liverpool, lo supiera, algo que evidentemente ha molestado en Anfield.
El delantero de la selección uruguaya, sancionado por la FIFA con nueve partidos de suspensión y cuatro meses de inhabilitación por morder al italiano Giorgio Chiellini en partido de la primera fase del Mundial, pidió perdón al zaguero del Juventus "y a toda la familia del fútbol".
"Después de unos días de estar en casa con mi familia he tenido la oportunidad de recuperar la calma y de reflexionar sobre la realidad de lo que sucedió" en aquel encuentro, reza su escrito.
"Con independencia de las polémicas y de las declaraciones contradictorias que se han producido durante estos días, todo ello sin haber querido interferir en el buen hacer de mi selección, lo cierto es que mi compañero de profesión Giorgio Chiellini sufrió en el lance que tuvo conmigo los efectos físicos de un mordisco y por ello: me arrepiento profundamente", asegura
"Pido perdón a Giorgio Chiellini y a toda la familia del fútbol", manifiesta Suárez, quien, así mismo, apunta: "Me comprometo públicamente a que nunca volverá a ocurrir un incidente como este con mi intervención".
Mis disculpas @chiellini pic.twitter.com/kMtGJHlId9
— Luis Suárez (@LuisSuarez9) June 30, 2014
Pero lo mejor de todo es la interpretación que se ha hecho de este comunicado en Barcelona. Así, el diario Sport asegura que "Luis Suárez ha dado el paso que pedía el Barça para ficharle. El club blaugrana le había pedido que pidiera perdón por su mordisco a Chiellini para justificar su incorporación".
Lógicamente, ni la actitud de Luis Suárez ni la de su agente, Pere Guardiola, han gustado en el Liverpool, donde si algo tienen claro es que la salida del uruguayo le saldrá cara al Barcelona. El pasado verano el club de Anfield ya se negó a traspasarle al Arsenal.