El vigésimo cuarto jugador francés que vestirá la camiseta del Real Madrid. Este pasado lunes, el conjunto merengue hacía oficial la bomba de este mercado de fichajes, antes incluso de que empiece incluso el verano. Kylian Mbappé ya es jugador merengue y detrás de este suceso queda toda una historia de amor-odio que se remonta hasta 2017 y su salida del AS Monaco. Después de cuatro intentos fallidos para que el francés se vistiera de blanco, el reciente campeón de Europa finalmente ha logrado oficializar la llegada del delantero.
No obstante, la 'novela Mbappé' lleva ya varios meses cerrada. Fue el pasado 15 de febrero cuando se puso la primera piedra del gran anuncio. No por inesperado, pero sí por su magnitud. Mbappé rompía entonces, justo un día después de la cita de los enamorados, su idilio particular con el París Saint-Germain. "Todas las promesas de mi amor se irán contigo", canta Jeanette. Así ha sido. El Real Madrid ha logrado reconciliar el camino que le unía con Mbappé para que este se una a la plantilla al expirarse el contrato prorrogado en 2022.
Pero no todas las heridas quedan sanadas. Desde antes de 2017, Mbappé guarda una bonita relación con el "club de sus sueños".
Una novela que abarca siete temporadas
Hace siete años que el Real Madrid puso ojos en un joven futbolista nacido en la localidad de Bondy, situada en el departamento de Sena-San Denis, al nordeste de París. Con tan solo 19 años recién cumplidos y una irrupción meteórica, Mbappé empezó a deslumbrar en las categorías inferiores del AS Monaco, dando el gran salto al primer equipo en la temporada 2016/17, previa a su marcha al PSG.
Era un talento único: logró sumar en total 26 goles y 8 asistencias en los 44 partidos disputados esa campaña. Seis de ellos llegaron en Champions League, todos en eliminatorias. Estos mismos hicieron que el Monaco irrumpiera en unas semifinales europeas. Casi nada.
El Real Madrid lo siguió de cerca y negoció la llegada a la capital de España de un futbolista que con 14 años -en 2012- visitó Valdebebas y conoció a su ídolo, el portugués Cristiano Ronaldo, a la vez que se enfrentó a las pruebas del club merengue. Sin embargo, Mbappé y su entorno decidieron barrer a casa y fichar por el París Saint-Germain, que le prometió ser, junto al brasileño Neymar Junior, cabeza de un proyecto galáctico. Nada semejante a la realidad. Mientras tanto, el Real Madrid ganaba la Champions en varias ocasiones, con una inagotable BBC -Bale, Benzema y Cristiano- y un Marco Asensio emergente en cada nueva oportunidad concedida.
A la quinta fue la vencida para Mbappé
Sin éxito en 2017, el Real Madrid vio cerca la posibilidad de fichar a Mbappé en 2021. Hasta el último día de mercado fueron, sin lugar a dudas, protagonistas la tensión y la ambición de los seguidores merengues. El desenlace no llegó hasta el 31 de agosto, cuando el París Saint-Germain rechazó 200 millones de euros por su estrella más preciada a pesar de tener tan solo un año más de contrato.
Es más, el PSG ni siquiera llegó a contestar la última propuesta del conjunto blanco. Todo ello sentó un precedente en las oficinas de un Real Madrid que nueve meses después se llevó otro gran chasco cuando todo parecía encaminado para ver a Mbappé en la capital de España. Eso sí, en 2022, el "culebrón" se resolvió antes de tiempo. Era mayo y pilló por sorpresa, a pocos días de que el Real Madrid disputase la final de la Champions. En aquella temporada, el club español logró eliminar al PSG de Mbappé en los octavos de final.
De esta forma, el astro francés renovó con el PSG hasta 2025 en vez de recalar como agente libre en el conjunto blanco, como ha acabado ocurriendo esta temporada. Y es que la renovación hasta 2025 parecía separar los caminos de Mbappé y el Real Madrid durante un tiempo, pero no fue así. En realidad, el delantero firmó hasta 2024, con opción a renovar una temporada más. No quiso hacerlo el pasado verano y se reactivó el interés de los merengues.
El PSG le avisó de que si no renovaba le abría la puerta para salir del club y, para colmo, le apartó de los entrenamientos con el grupo, aunque Mbappé acabó quedándose un año más, ahora bajo las órdenes de Luis Enrique. Todo esto sin firmar una nueva renovación ni activar su cláusula hasta 2025, pensando ya en un futuro lejos de los banquillos del club galo. Mientras tanto, desde las oficinas del PSG, se deshicieron de Messi y de Neymar y le dieron, por si había alguna duda, las llaves del equipo. Toda una estrategia para intentar convencerle, de nuevo, a última hora. Pero este 2024 no ha sido así.
El comunicado oficial más esperado
La prensa francesa, pionera en este comunicado, hizo sonreír a los aficionados del Real Madrid -y a muchos otros que disfrutan del fútbol sin importar los colores- aquella tarde del 15 de febrero. Fue entonces cuando se anunció que la decisión de Mbappé era firme: se marcharía del PSG a final de temporada y gratis. De la misma manera se lo comunicó al presidente del club, Nasser Al-Khelaifi. Todo lo prometido y lo acordado quedaba en vano y el catarí ya era, por aquel entonces, consciente de un destino más que inevitable.
La noticia inmediatamente reactivó otra, la misma que se hizo eco entre los medios españoles. El interés del Real Madrid en fichar al galo volvía a ser portada de los periódicos y poco tardaría es expandirse el rumor de los intereses merengues; trabajando durante todo este tiempo en la sombra y con los portavoces del club negando cualquier tipo de sentencia. Fueron sus nuevos compañeros, no obstante, los que sí lanzaron guiños al francés. Desde su compatriota Aurelien Tchouaméni hasta dos futbolistas con los que tendrá que compartir galones en el ataque, Vinícius Jr. y Jude Bellingham.
Puertas abiertas que desde este lunes ya no son un secreto. Dos días después de ganar la 15ª Champions League, el Real Madrid mandó otro mensaje al mundo del fútbol, fichando a uno de los mejores jugadores del planeta. Un Kylian Mbappé que a sus 25 años "cumple un sueño". Sale de Francia para exponer su fútbol en un club que, entre tanto, ha sumado hasta cuatro 'Orejonas', el mismo trofeo que se le resiste al galo, a su museo de un Santiago Bernabéu que ya tiene estrella, aunque será en julio cuando porte su nueva camiseta.