Sabine Kehm, portavoz de Michael Schumacher, desveló que en el momento del grave accidente de esquí el alemán iba acompañado por su hijo Mick y “por un amigo” no identificado.
Varios medios internacionales señalan que ese amigo es el príncipe Hubertus von Hohenlohe-Langenburg von Furstenberg, hijo de uno de los famosos de la época dorada de la jet marbellí, el fallecido príncipe Alfonso von Hohenlohe-Langenburg.
Hubertus, 54 años y de origen austríaco, nació en México, está emparentado con los Agnelli (su madre era sobrina del empresario italiano) y es esquiador profesional.
Como posee doble nacionalidad –austriaca y mexicana- y nunca había logrado ser convocado con el potente equipo nacional de esquí de Austria, fundó la Federación Mexicana de Esquí y participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sarajevo 1984 y de Lillehammer 1994 representando al país americano.
Hubertus es amigo de Schumacher y, al parecer, estaba esquiando con él y su hijo el domingo 29 de diciembre. Tras el accidente, el príncipe vio la sangre saliendo del casco del expiloto germano, inconsciente tras haber impactado con una roca.
La fuerza del choque contradice la versión dada por la portavoz de Schumacher, según la cual este no esquiaba a demasiada velocidad cuando sobrevino el accidente. El testimonio de Hubertus será clave para aclarar las circunstancias del mismo.