El boxeador Mike Tyson ha vuelto a ocupar las portadas de varios medios estadounidenses después de unas controvertidas declaraciones. El deportista ya protagonizó sonadas polémicas por episodios de su vida privada como adquirir como mascota un ejemplar de tigre de Bengala, o haber reconocido que consumía marihuana. Ahora ha vuelto a protagonizar las cabeceras americanas al reconocer que consume la conocida como droga o veneno de sapo.
En unas declaraciones a New York Post, el antiguo campeón del mundo de los pesos pesados reconoce que se droga con veneno del sapo del desierto de Sonora. "He consumido el veneno de este sapo 53 veces, pero nada se acercó a la experiencia de la primera vez. Esa vez que 'morí'. Fue todo un desafío. Tomaba drogas duras como la cocaína, pero esto es otra dimensión".
Tyson lleva consumiendo esta sustancia desde hace cuatro años y según su propio relato le ha ayudado a perder 45 kilos, a reconciliarse con su familia y a recuperar las ganas de boxear. "Antes de darle al sapo estaba hecho un desastre. El oponente más duro al que me he enfrentado era yo mismo. Tenía baja autoestima, algo que les pasa a las personas con mucho ego, pero el sapo te despoja del ego".
Su propio criadero de sapos
Según el citado medio, el boxeador posee un criadero de estos sapos del desierto de Sonora en su rancho donde también desarrolla su negocio de marihuana en California. "La gente ve cómo he cambiado. Mi mente no entiende qué ha pasado, pero mi vida ha mejorado por completo", ha asegurado.
Un incidente con esta droga fue la que hace unos meses llevó al exactor porno, Nacho Vidal, a ser procesado por la muerte de un fotógrafo durante la celebración del rito del sapo bufo.
Los hechos se produjeron el 28 de julio de 2019 en una vivienda de Enguera (Valencia) propiedad del encausado, quien según el auto "actuaba como director" de esa práctica o rito, "dada la experiencia que él mismo tenía en este tipo de actos", y fue quien presuntamente proporcionó la sustancia que inhaló el fallecido, sin controlar la cantidad suministrada.
La magistrada considera que la víctima falleció a causa de una reacción adversa a determinadas drogas, después de participar en una “práctica, rito o experiencia espiritual o mística” consistente en inhalar el humo de la combustión de las escamas del comúnmente conocido como “veneno del sapo bufo”.