No hay 'peros' que valgan en el fútbol. Mucho menos cuando se trata de un compromiso tan importante y prestigioso como la Eurocopa o un Mundial. De momento, la selección española de fútbol está cumpliendo con todo lo exigido en esta nueva edición continental.
Dos partidos, dos victorias. Líderes de grupo y clasificación cerrada como tal para los octavos de final. Suena demasiado bonito y la realidad así lo ampara. España se ha ganado el reconocimiento de estar entre las grandes favoritas de la Eurocopa 2024 gracias a su consolidada puesta en escena ante Croacia e Italia, dos históricas selecciones que, a priori, prometían emoción en el "grupo de la muerte". Sin embargo, aún sin disputar el último compromiso de la liguilla, la selección española ya puede presumir de haber logrado la clasificación para la siguiente ronda -y como primera de grupo-.
Los elogios entonces no cesan. El primero de ellos de parte de Luis de la Fuente. "Estoy muy orgulloso de mis jugadores. No solo han generado felicidad en la expedición, también en todo el país", decía el seleccionador tras el partido ante la 'Azzurra'. Porque si hay algo que empieza a nacer en todos los españoles tras las primeras impresiones de esta "nueva" generación es un sentimiento parejo al que se percibía cuando defendía la camiseta de España la exitosa generación de 2008, campeones de dos Eurocopas y un Mundial.
No obstante, no se trata solo de intuiciones y sensaciones. Teniendo en cuenta los dos partidos que España ha jugado en esta Eurocopa y analizando así su puesta en escena en conjunto, también se obtienen conclusiones algo más "tangibles" que sitúan a esta generación de futbolistas a la altura de Xavi, Iniesta, Puyol, Sergio Ramos, David Villa, Iker Casillas y compañía. Desde los números y estadísticas hasta el estilo de juego que presentan durante los noventa minutos.
Las claves de España en la Eurocopa 2024
En primera instancia, en los encuentros ante Croacia e Italia, España ha demostrado un control total del balón y del ritmo del juego, confiando en la triada Pedri-Fabián-Rodri la batuta del partido, algo que también fue muy característico del conjunto de 2008. Este dominio no se traduce tanto en altas estadística de posesión -que sí se dieron, por ejemplo contra Italia: 58%- sino más bien en la precisión de los pases -86.5% de media; sumando además 1.048 conexiones con éxito- y en la capacidad de controlar el partido desde el mediocampo. Algo inherente también en Xavi-Iniesta-Silva.
Por otro lado, España también ha mostrado en esta Eurocopa una excelente cohesión y entendimiento entre los jugadores, similar al famoso estilo "tiki-taka" que caracterizaba al equipo liderado por Luis Aragonés. La movilidad sin balón, los pases rápidos y cortos y la creación de espacios en ataque son claves que se han vuelto a dejar ver en estos dos últimos encuentros de la selección. Lo mismo ocurre en términos de presión alta y recuperación rápida. España asfixia a los rivales en líneas altas gracias a un buen ejercicio de sus atacantes. Morata lleva aquí la iniciativa al puro estilo de David Villa, pero Lamine Yamal y Nico Williams tampoco cesan en sus intentos.
De momento, dos de los jugadores más jóvenes de esta renovada selección -es más, Lamine (16) se ha convertido en el jugador más joven en disputar una Eurocopa- están dejando con la boca abierta a todo el continente. Por si su labor ofensiva fuera poca, la capacidad de ambos de recuperar el balón y transformar la defensa en un peligroso ataque con constantes transiciones veloces es una clara reminiscencia del equipo que dominó el fútbol -tanto europeo como mundial- en las primeras décadas de este siglo. Como si fuera fácil.
Además, una defensa sólida y bien organizada ha sido crucial en sus dos actuaciones hasta la fecha de la Eurocopa. Tanto Nacho -que no participó en el último encuentro- como Robin Le Normand y Aymeric Laporte remiten la misma fortaleza con la que Puyol y Sergio Ramos defendían la portería de España, sin dejar de mencionar las paradas de Unai Simón, sobre todo en momentos clave, como bien acostumbraba "San Iker". En total, España solo ha recibido seis tiros a puerta en estos dos encuentros. Una labor casi impecable si le añadimos que Italia y Croacia apuestan por un juego muy ofensivo.
Pero no solo hay que mencionar a ellos. En el buen hacer defensivo también entran jugadores clave como Dani Carvajal -en uno de sus mejores años como profesional- o talentos emergentes como Marc Cucurella. Además, muchos otros jóvenes jugadores han asumido roles de liderazgo aportando así frescura y dinamismo a un equipo que justo carecía de ello. La mezcla entre la experiencia y lozanía también fue un pilar de éxito en la Selección a partir del año 2008.
Por último, retomamos la idea de esos aspectos intangibles mencionados anteriormente, tan cruciales como todos estos últimos. La mentalidad ganadora y la confianza en el propio juego, el transmitir seguridad y unión a todos los aficionados españoles o el conseguir altos márgenes de share en pantalla en tiempos de nichos muy concretos son tan solo algunas de las pruebas que más hacen pensar en ese reencuentro con la excelencia. España ha demostrado resiliencia y determinación en momentos críticos y todo apunta a que en esta Eurocopa no se tomará otro camino diferente a ese.
El siguiente paso será enfrentarse a una cenicienta. Albania buscará obrar el milagro ante España, que ya está clasificada para los octavos de final de la Eurocopa, donde se enfrentará a uno de los mejores terceros que clasifiquen finalmente. No se sabrá ese rival, no obstante, hasta el próximo miércoles 26 de junio, cuando se cierre la fase de grupos. Lo que sí se conoce es un potencial cruce de cuartos, donde la selección nacional -en caso de superar a su rival de octavos- se tendrá que ver las caras con Alemania, la anfitriona y otra de las grandes favoritas para levantar este título continental.