El bautizo, como se definen las novatadas de "bienvenida" en el fútbol en la que se rapa a los novatos que se integran al equipo, puede frustrar la carrera de ocho jugadores del Xelajú guatemalteco, entre ellos dos brasileños, un costarricense y un hondureño, por un proceso penal por violencia contra menores.
El escándalo afecta a los brasileños Israel Silva y Juliano Rangel, el costarricense Sergio Morales, el hondureño José Alberto Mendoza y los guatemaltecos Kevin Arreola, Julio Estacuy, Edgar Chinchilla y Milton Leal, todos titulares del Xelajú.
Un fallo emitido la semana pasada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia Penal señala que Morales, Rangel y Mendoza son investigados por agresión sexual y el resto por el delito de maltrato en contra de personas menores de edad.
El querellante es Mario Humberto Rodas, de 15 años, quien resultó lesionado en diciembre pasado al negarse a ser 'bautizado' por los citados jugadores, que tienen prohibición de salir del país.
Dwight Anthony Pezzarrosi García, exjugador guatemalteco que pasó por equipos de Chile, España, Argentina, Inglaterra y Guatemala, aseguró a Efe que el rito del bautizo es "normal", y se da desde hace mucho tiempo en varios países.
"Esta práctica es bastante común dentro de los equipos de Guatemala y en el extranjero, pero no en todos es igual y no trasciende. El objetivo es darle una bienvenida con un poco de humor al jugador nuevo para romper el hielo", dijo el exjugador del Racing de Ferror y el CD Numancia de España entre 2002-2003 y 2005-2006.
La tradición, según sus propias palabras, es rapar "al nuevo" o hacerle un corte de cabello tosco, así como gastarle bromas, algunas veces pesadas pero sin que la situación se salga de control.
Pezzarossi, actual Comisionado Presidencial para el Deporte en Guatemala, aclaró que los bautizos no trascienden porque son entre jugadores. "Los tiempos han cambiado y todos los jugadores no están obligados a que les guste o a quedarse callados, pueden quejarse si son maltratados y más aún si son menores de edad", expresó.
Como consecuencia de la denuncia entablada por la madre del joven Rodas, el brasileño Silva vio frustrado su pase al Saprissa costarricense, pero al igual que sus compañeros seguirá jugando con el Xelajú hasta que se termine la investigación, posiblemente en marzo próximo, y se defina si se cambian las medidas judiciales, que puede ser hasta imponerles cárcel.
"Entiendo la situación del caso de ese joven y más de la madre, pero también el de los compañeros futbolistas involucrados, porque para mí no es extraño 'el bautizo' dentro del fútbol aunque sí es complicado porque se salió de contexto", dijo Pezzarossi, quien jugó en Argentinos Juniors y el Palestino chileno.
"Mientras yo estuve (en el balompié) no tuve ningún inconveniente con algún muchacho que comenzaba en la era del fútbol profesional", aseguró el exjugador del Santiago Wanderers chileno y el Bolton Wanderers inglés.
De acuerdo con la denuncia presentada por el joven jugador del Xelajú, el costarricense Sergio Morales lo agarró de los genitales hasta por cinco minutos al negarse a ser rapado. Sin embargo, el grupo lo terminó rapando aunque debido a los golpes que recibió, Rodas terminó en el hospital y los ocho jugadores denunciados penalmente.