Radamel Falcao ha decidido hacer más feliz a su agente (y quién sabe si a su futuro compañero) que a los hinchas que hasta hace diez minutos eran los suyos. "Para mí, Cristiano debería ganar el Balón de Oro", declaró el colombiano en una entrevista para el diario El Tiempo. Una frase insignificante en apariencia, pero relevante en un mundo tan susceptible como el fútbol. Una afirmación que provocará sarpullidos entre los aficionados del Atlético (la rivalidad en el fútbol se traduce en estas cosas), y que en cambio será acogida como un trofeo por los seguidores del Real Madrid.
Un testimonio gratuito y nada influyente (la votación ya se ha cerrado) en favor de un futbolista con el que casualmente comparte representante, Jorge Mendes, y que juega en un equipo con el que a corto plazo se le relaciona. Por más que mencionara su primer gol con el Atlético en la final de la Liga Europa como el de mejor recuerdo de su carrera, el posicionamiento de Falcao hace daño a los atléticos. Y Radamel lo sabe y lo sabía.
