Whelan, acusado de ser el jefe de una compleja red internacional de revendedores de las entradas para el Mundial 2014, al parecer huyó de su hotel cuando iba a ser detenido por oficiales de la 18ª Comisaría de la Policía Civil de Praça da Bandeira.
Las autoridades indicaron que el británico dejó incluso sus maletas en el hotel y salió por una puerta exclusiva para empleados, como constataron las imágenes del circuito cerrado de televisión.
"Él es considerado prófugo", dijo a los periodistas el comisario responsable de las investigaciones, Fabio Barucke, quien confirmó que el nombre de Whelan fue puesto en la lista de personas buscadas por la Policía internacional (Interpol). Barucke señaló igualmente que fueron movilizadas la Policía Federal, para impedir su salida en los aeropuertos y pasos de frontera, y la Policía de Carreteras.
En un comunicado, el abogado del británico, Fernando Fernandes, indicó que la defensa recurrió la decisión de la Justicia de decretar una nueva prisión y justificó que Whelan entregó su parte y se comprometió a colaborar con las investigaciones, aunque no mencionó su paradero.
Whelan, detenido el lunes, fue beneficiado días después por un hábeas corpus y, tras pagar una fianza y entregar su pasaporte a las autoridades como compromiso de que no abandonaría el país, el británico dejó la comisaría de policía y no tenía una fecha definida para prestar una nueva declaración.
Match Hospitality fue la empresa escogida por la FIFA para ofrecer las entradas del Mundial en paquetes reservados por empresas y para operar las acomodaciones hoteleras para los futbolistas de las diferentes selecciones y los dirigentes del órgano rector del mundo.
El ejecutivo fue identificado como jefe del grupo por un abogado detenido en la operación que aceptó colaborar con las investigaciones a cambio de beneficios en las penas. A los miembros de la organización investigada se les incautaron entradas para el Mundial que pertenecían a dirigentes de diferentes países, confederaciones y empresas que habían comprado paquetes. Tales boletos eran ofrecidos por precios muy superiores a los establecidos por la FIFA, según pudo confirmar la Policía Civil con escuchas telefónicas.
Las entradas eran manejadas por empresario franco-argelino Mahamadou Lamine Fofana, uno de los otros doce detenidos la semana pasada y en cuyo teléfono móvil fueron identificadas decenas de llamadas para integrantes de la Match Hospitality.