El Real Madrid quiere ganar el clásico ante el Barcelona, en versión Euroliga, porque le da un valor doble, ya que en caso de victoria aseguraría matemáticamente el factor campo en los playoffs de cuartos de final de la competición y 'borraría' las últimas derrotas del equipo.
Un clásico es mucho más que un partido cualquiera, ya sea de competición doméstica o europea y, en esta ocasión, para el Madrid la victoria significaría abrazar otro de sus objetivos, el factor campo en los cruces de cuartos de final.
Hace apenas diez días el Madrid ganó al Barcelona en Liga con otra genialidad más de Sergio Llull, que consiguió otra meritoria canasta victoriosa en los últimos segundos.
Con respecto a este cercano partido, el Madrid cuenta con la incorporación de Trey Thompkins, que no está dado de alta en la Liga Endesa, y de Andrés Nocioni, que sale de una lesión en el pie.
Cada partido es distinto y cada momento de los equipos diferente. El equipo de Pablo Laso viene de dos derrotas "dolorosas", en palabras del técnico. Y el clásico puede hacer borrón y cuenta nueva para un Madrid que ha bajado de revoluciones desde que se adjudicó la Copa del Rey el pasado mes de febrero.
Aunque cuando se pregunta a todos, entrenador y jugadores, sobre las causas del bajón, siempre se habla de la gran cantidad de partidos y de viajes, parece que el excelente trabajo del equipo realizado hasta la fecha y el colchón clasificatorio en ambas competiciones ha permitido al Madrid no tener que ir con el acelerador pisado a fondo.
Este 'ahorro' de energías y también, quizá, una menor concentración puede haber sido la causa de tantas derrotas en los últimos partidos.
Un clásico es la ocasión perfecta para reactivar la mente y el cuerpo. El Madrid lo sabe y no quiere dejar pasar la ocasión, máxime, si como es el caso, la victoria tiene un doble valor.