El día que el Real Madrid perdió el derbi ante el Atlético del Madrid en el Santiago Bernabéu, Florentino Pérez se desanomoró de Zinedine Zidane. El llamado Efecto Zizou pasó a mejor vida y el presidente trató de contactar con Jose Mourinho para sondear su regreso al club blanco, que por entonces estaba eliminado de Copa, deambulaba por la Liga y aguantaba vivo en Champions. Aquella misma tarde el técnico francés dio por perdida la Liga tras la derrota.
Entonces se produjo un distanciamiento que aumentó cuando Zidane le advirtió que no quería refuerzos galácticos y que lo que necesitaba la plantilla eran fichajes de jugadores de club para mejorar el fondo de armario. En ese duelo, el vestuario tomó parte por el técnico. Especialmente los pesos pesados como Sergio Ramos o Cristiano Ronaldo, que escenificaron la unión con Zizou en la celebración del gol del luso en Roma.
Los jugadores han tomad parte por el técnico, como lo hicieran en su día por Ancelotti o como cuando se posicionaron en contra de Rafa Benítez. El vestuario ha demostrado que prefiere técnicos con mano izquierda en lugares de intervencionistas como el madrileño. Y lo que no pudieron hacer con Carletto lo han conseguido con Zidane. Florentino ha claudicado y Zidane será el técnico del Real Madrid la próxima temporada, cumpliendo así el contrato que le vincula por dos años más con el club. Florentino, que ha peinado el mercado en busca de un entrenador con más experiencia, ha tenido que 'tragar' al final con las preferencias de un vestuario en el que el presidente quiere hacer una limpia este verano.