El Recreativo se encuentra en una situación límite. Actualmente tiene las cuentas embargadas por Hacienda, con la que mantiene una deuda de 11 millones de euros. Siendo la deuda total de casi 22 millones. Hace cuatro años el Recreativo se encontraba en Concurso de Acreedores, cuando Pablo Comas, dueño de la empresa Gildoy, llegó a un acuerdo para comprar el club. El nuevo propietario negoció el pago de la deuda a los acreedores, con lo que sacó del Concurso al club. Sin embargo, al poco tiempo dejó de pagar a Hacienda, momento en que fueron embargadas la cuentas del club.
Después de aquello los aficionados fundaron la asociación TRUST, al estilo de plataformas que se aparecidas en Inglatgerra para lograr la subsistencia de históricos clubes ingleses que atraviesan por problemas financieros muy graves. Desde la asocación se propuso recuperar la gestión del club y tratar de rehabilitar las cuentas del club. Para ello comenzaron a investigar las cuentas, encontrando una serie de irregularidades que llevaron a TRUST a poner una querella al actual propietario del club.
Comas dejó de pagar a entrenadores y jugadores, lo que debía provocar un descenso administrativo por impago del club, pero primero se produjo el deportivo, cayendo el Recreativo a 2ºB. "En un momento dado Comas dice que no va a poner un euro más y desaparece de Huelva y del Recreativo. Desaparece, pero no deja el club, que siguen gestionando los empleados, pese a que tiene el 73% de las acciones a nombre de Gildoy. Y deja morir al Recreativo por inacción", cuenta Narciso Rojas, uno de los miembros de TRUST.
Y entonces aparece una oferta de un empresario onubense que no paga un euro a Comas, pero asume la deuda del club. Oferta que el propietario rechaza por "falta de confianza". ¿Por qué es reacio a dejar la propiedad del club? "No lo quiere soltar porque sospechamos que lo ha mantenido con una serie de préstamos personales que tiene que devolver y la única forma que tiene de recuperar el dinero es vendiendo el club. Además al principio se asoció con un uruguayo, Víctor Hugo Mesa, que le reclama 4 millones que le prestó para adquirir el club. Así que para quitarse de encima a los prestamistas trata de sacar algo de dinero con la venta del Recreativo", apunta Rojas.
"Comas no lo quiere soltar porque tiene que devolver una serie de préstamos personales y sólo puede recaudar dinero vendiendo el Recreativo"
La situación es límite. Los empleados han puesto las entradas a 5 euros para recaudar dinero con el que pagar a los árbitros y los desplazamientos del equipo. El colegiado cobra algo más de 1.200 euros en cada partido, cantidad que se va cubriendo con la recaudación de los encuentros. Ante esta gravísima coyuntura los empleados se pusieron en contacto con la plataforma TRUST solicitándole ayuda para hacer caja con la que poder pagar a los árbitros y publicitar la situación del club. El próximo domingo el club vivirá un domingo muy señalado por la campaña que esta semana ha removido los cimientos del fútbol español. Sin embargo, el peligro real de desaparición puede llegar más adelante, ya que la primera incomparecencia significaría la pérdida de tres puntos. Mientras que sería la segunda la que supondría el descenso del club. Y en el club no descartan que eso ocurra más temprano que tarde dada la situación.
Ante este panorama las instituciones se han enfrascado utilizando al Recreativo como un arma arrojadiza contra Ángel María Villar. El presidente de la Federación ayudó a Comas en su día y ese iniciatica de tomar partido a favor del decano del fútbol español ha sido utilizada por el Consejo Superior de Deportes y por la Liga de Fútbol Profesional como caballo de batalla contra Villar. "Nadie se han interesado en las instituciones por el futuro del Recreativo. Sólo se han interesado en atacar a Villar por su ayuda a Comas. Es una pena cómo se ha dejado al club tirado", lamenta Rojas, que asegura que "los recreativistas no dejarán morir al club". Ni ellos ni el fútbol español, a juzgar por el tremendo respaldo recibido en estos días por los medios de comunicación y en las redes sociales.