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Tito y Pep, amigos para siempre

    

No por esperada, la muerte de Tito Vilanova a los 45 años de edad ha dejado de suponer un duro golpe para el FC Barcelona en particular y para todo el mundo del fútbol en general. A diferencia del veterano Luis Aragonés, que se marchó sin que nadie supiera siquiera que estaba enfermo, el caso de Tito ha sido vivido muy de cerca por todos, ya que, primero de forma provisional y, después, de manera definitiva, el maldito cáncer le obligó a dejar el banquillo del Barça.

Como decía Jorge Luis Borges, "la muerte es una vida vivida y la vida es una muerte que viene", de ahí la tensa y penosa espera. Vilanova vivió intensamente y alcanzó la gloria en el club en el que se formó. Lo hizo junto a Pep Guardiola, amigo desde su época en La Masia, aunque su relación se deteriorara tras la decisión del ahora técnico del Bayern de abandonar el banquillo del Camp Nou y la decisión de Sandro Rosell y Andoni Zubizarreta de ofrecerle a Tito ser su sustituto.

Sabido es que en la hora de la muerte sólo hay lugar para los elogios. Algunos, sentidos. Otros, simplemente formales. Sin entrar en detalles que no vienen a cuento, y menos dadas las tristes circunstancias, es precisamente en estos momentos cuando se hace aún más duro pensar que durante su enfermedad Guardiola no estuviera al lado de Vilanova, como a buen seguro a ambos les hubiera gustado y siempre habrían imaginado. Así es la vida.

El destino quiso que Tito fuera a tratarse de su enfermedad a Nueva York, precisamente la ciudad elegida por Pep para disfrutar de un año sabático. Lo que allí ocurrió tampoco merece la pena recordarlo. Sí, en cambio, cuando en octubre del pasado año, Pep Guardiola viajó a Barcelona y citó a Tito en su domicilio. A solas, limaron las asperezas que les habían distanciado y retomaron su antigua amistad. Amigos para siempre, precisamente el título de una canción escrita para los Juegos de Barcelona 92.

De Tercera a la gloria

La dicha que el Barça le negó a Vilanova como jugador, paradójicamente se la concedió como entrenador. Todo empezó cuando Guardiola le llamó para que le ayudara a hacerse cargo del filial del Barça, que estaba en Tercera división. Lograron el ascenso a Segunda, aunque ellos ascendieron directamente al primer equipo.

La temporada siguiente, la mejor de la historia del equipo catalán al hacer pleno de títulos, Tito también ejerció de inseparable segundo de Pep. Ganaron la Copa del Rey, la Liga y la Liga de Campeones, a los que sumaron la Supercopas de España y Europa, así como el Mundial de Clubes.

Si juntos entrenaron al equipo más laureado de la historia del Barça, en solitario Tito logró llevar a los azulgranas al título de Liga del año pasado, en el que firmó los 100 puntos y superó al Real Madrid de Mourinho. De esta forma, el lamentable rifirrafe del portugués y su famoso dedo en el ojo, quedó vengado. Sobre todo porque medirse de tú a tú a Mou sirvió para que le diera su perdón.

"Hoy es un día triste para el fútbol, para Barcelona y especialmente para la familia y amigos de Tito Vilanova", escribió el técnico en la cuenta de Twitter del Chelsea minutos después de conocerse la triste noticia. Mourinho es todo un personaje, pero quienes le conocen de cerca aseguran que no es una mala persona.

Como dijo Montaigné, "no morimos porque estemos enfermos, sino porque estamos vivos". Tito luchó con todas sus fuerzas por no morir, pero un maldito cáncer en la glándula parótida le ha ganado el partido más importante de su vida. El fútbol español y, por extensión, el mundial, pero de manera muy especial el FC Barcelona están de luto.

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