“Dile a tu primo que a ver a quién le vende el abono. Que tenga cuidado, que no está la cosa para gilipolleces”. La advertencia de un socio del Atlético de Madrid a un compañero de asiento contiguo en el Vicente Calderón describe el ambiente enrarecido que se vive desde hace meses en las gradas de los estadios donde juegan los grandes clubes del fútbol español.
En el fútbol, como en la vida, el origen de muchos males está en el dinero. O, mejor dicho, en la usura de algunos cuyos colores más estimados son los de los billetes de euro. Sólo así se entiende que alguien que se dice atlético se plantee, salvo causa de fuerza mayor, vender su abono y no vivir en directo este próximo miércoles el último partido europeo de la historia en el Manzanares. Ni más ni menos que una semifinal de la Liga de Campeones y ante el Real Madrid, eterno y vecino rival. Es cierto que el 3-0 de la ida ha enfriado los ánimos, pero es que la conversación antes relatada tuvo lugar antes del encuentro del Bernabéu, concretamente horas después del sorteo que emparejó a los dos clubes españoles.
Estos “judas” que venden sus sentimientos y sus carnés al mejor postor han provocado una ola de indignación capaz de unir a los auténticos y leales aficionados de Real Madrid, Barcelona, Atlético, Sevilla… Enfrentados a muerte cuando rueda el balón, ahora coinciden de forma drástica en exigir a sus respectivas directivas que acaben con esta plaga del fútbol moderno. Y su reclamación empieza a ser escuchada.
Miles de expedientes de expulsión
Así, a finales de febrero la comisión disciplinaria del Sevilla FC propuso una sanción a quince abonados por revender sus carnés en el partido que el conjunto andaluz disputó en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante el Leicester inglés, ida de los octavos de final de la Liga de Campeones de Europa. La sanción propuesta llega hasta los seis meses (falta grave) conforme a la normativa disciplinaria interna.
El consejo de administración reconoce que "este tipo de prácticas, que suponen un grave problema de seguridad y una gran cantidad de incidencias y molestias para el resto de aficionados sevillistas".
Semanas después, fue el Real Madrid quien anunció a través de un comunicado la retirada de 635 abonos tras detectarse un uso irregular de los mismos en el clásico de Liga disputado en el Santiago Bernabéu ante el Barcelona.
A los socios del Real Madrid les está expresamente prohibida, sin autorización del club, la venta de sus abonos o cesión no gratuita para el acceso al estadio Santiago Bernabéu. Antes del clásico, la Comisión de Disciplina ya había abierto 1.450 expedientes de expulsión a socios motivados por reventa de abonos.
"Recuperemos los estadios"
Esas prácticas fraudulentas son las que llenan los estadios de turistas. "En el clásico de Liga, de 20 bufandas que vendimos, una media de 18 las compraban aficionados extranjeros", relata uno de los vendedores habituales en los exteriores del Bernabéu.
Son los turistas que cada vez más aparecen en las imágenes de las gradas de Santiago Bernabéu y Camp Nou sobre todo. El colectivo de aficionados culés Seguiment FCB ya avisó de esto en el clásico liguero de la primera vuelta disputado en Barcelona.
"La incidencia del público sobre el juego quedó totalmente distorsionada por la presencia masiva de turistas en todos los sectores del estadio, varios de los cuales estaban ajenos al desarrollo del partido", avisaron en un comunicado.
"Sin embargo, lo más preocupante es que algunos de ellos exhibieron sin pudor sus simpatías por el adversario (Real Madrid) con camisetas, bufandas y gorras. Su griterío y sus gestos en el momento del gol del empate acabaron creando un clima de tensión insólito en un duelo de estas dimensiones", añade la nota.
Por supuesto, el respeto al aficionado rival es innegociable, pero sería hipócrita negar los riesgos de incidentes en partidos de la máxima rivalidad. Por eso se habilitan zonas especiales para los aficionados visitantes, y por eso esta eclosión de turistas con la camsieta del equipo contrario ha pasado de la sorpresa a la preocupación.
¿Pitar a Cristiano, criticar al Cholo?
La tercera pata de esta insólita ola de aficionados 'modernos' esta formada por seguidores que, o acuden al fútbol como el que va a un acto social de moda o, lo que es peor, se presentan en el estadio y, lejos de apoyar a los suyos, les critican a la mínima.
El ejemplo más increíble tiene lugar en el Santiago Bernabéu, donde aficionados del Real Madrid pitan puntualmente a Cristiano, el mejor futbolista de la historia -estadísticamente como mínimo- del Real Madrid. Esta actitud provoca extrañeza e ira en otro sector del madridismo:
Cristiano pidiendo que no le piten en el Bernabéu. ¿Cuando aprenderán los piperos?
— White Crown (@WhiteCrownRM) April 18, 2017
Tampoco se libran en el Calderón, donde los llamados "piperos" han dejado de disfrutar de la mejor racha de la historia del Atlético y critican sistemáticamente el "mal juego" del equipo y, en consecuencia, a su entrenador, Diego Simeone.