"Su salida del Real Madrid me dio pena. Fue como si una parte de la entidad se perdiera". Esta afirmación de Iker Casillas en el prólogo del libro 'Vicente, biografía autorizada', tiene una enorme carga de profundidad y, quién sabe, si guarda relación con la extraña suplencia del guardameta y capitán blanco, más allá de que el desencadenante estuvo en su mala relación con José Mourinho.
Sabido es que la decisión de que el ahora seleccionador español abandonara el banquillo del Bernabéu la tomó el actual presidente del Madrid, Florentino Pérez, consensuada, eso sí, con su director general, Jorge Valdano. Casillas nunca entenderá por qué Del Bosque no fue renovado en 2003 para que llegara Carlos Queiroz, sobre todo porque Florentino le había dado su palabra a Vicente de que seguiría.
"Teníamos un gran equipo y lo estaba llevando muy bien. Con el grupo que formábamos se puede decir que cualquiera podía llevarlo, pero en cuatro años ganamos dos Champions, una Liga, una Intercontinental... Aquella noche iba hacia Alicante, a un acto, y me enteré del adiós de Vicente. Lo intuíamos. La celebración de aquella Liga fue la peor que yo recuerdo", escribe Iker, en referencia a la famosa cena del Txistu, en la que Hierro se encaró con Florentino.
Casillas describe a Del Bosque como el técnico que le ha "elevado al cielo y hecho sentir el centro de la tierra el 12 de julio de 2010", aunque también fue quien le "bajó a los infiernos". Y es que Iker no olvida cuando le apartó de la titularidad en favor de César: "Me ayudó, pero también me hizo ver la realidad del fútbol, del deporte y la vida. Me dio confianza y, después, una buena ración de banquillo. En su momento me cabreé porque ningún jugador entiende eso de desaparecer del once. Tras darle muchas vueltas lo terminé entendiendo y en cuanto tuvo oportunidad me demostró que confiaba en mí, como en la final de Glasgow".
Sin embargo, el destino quiso que Casillas y Del Bosque se reencontraran en la selección española, a la que Iker solía referirse como "mi equipo". Siguiendo con el prólogo, el portero del Madrid escribe sobre Vicente que "me ha enseñado a convivir con la victoria. Ha mantenido la misma calma tanto en los momentos duros como en los días de gloria paseando la Copa. Nos ha ayudado a los futbolistas y a los aficionados. El respeto y la normalidad son su salvoconducto para el día a día".
El prólogo de Casillas sobre Del Bosque puede explicar su propio final en el Real Madrid, pues con Iker también se podrá decir que "fue como si una parte de la entidad se perdiera". Al menos, para esa parte del madridismo que no le quiere fuera del club, claro.