Si el Tribunal Europeo de Justicia da la razón al sindicato de futbolistas, los clubes solo podrían vender a precio libre a sus jugadores durante los tres primeros años de permanencia en la plantilla. Porque lo que FIFpro pretende es que a partir de la tercera temporada el futbolista pueda cambiar de aires a cambio de abonar el importe total correspondiente a las fichas de los años de contrato que le queden.
Los dos ejemplos idénticos e ilustrativos si estuviera vigente esta iniciativa serían los de Xabi Alonso y Víctor Valdes. Ambos tienen contrato hasta 2014, así que podrían irse el próximo mes de junio de Real Madrid y Barcelona respectivamente abonando a sus actuales clubes el salario que cada uno percibiría el próximo curso.
El 25 de marzo, Philippe Piat, presidente de la UNFP (Unión futbolistas franceses) y de FIFPro División Europa, advirtió al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, de esta demanda. Si prospera, la revolución sería similar a la provocada por la famosa Ley Bosman que abrió la circulación de futbolistas europeos sin límite posible.
Lo más curioso es que la exigencia legal de FIFpro se basa en una cláusula, denominada "de estabilidad" que ya existe desde hace dosce años, cuando se introdujo en una reforma del mercado de fichajes aprobada por la FIFA en 2001. Desde entonces, los clubes han hecho caso omiso a la misma y el máximo organismo del fútbol mundial tampoco ha exigido su cumplimiento.