Esta noche, en el mejor escenario posible, un Clásico, el Barcelona despedirá al hombre que cambió la historia de su club, el arquitecto de su juego durante más de 25 años. Desde que Johan Cruyff se sentó en el banquillo en el 92, los azulgrana han conquistado la mitad más una de las ligas disputadas y cinco Copas de Europa. Les ha llevado a la cima del mundo futbolístico, arrebatando el cetro a su archienemigo y rival de esta noche el Real Madrid. Johan fue el Di Stéfano del Barcelona. Dos genios de dos equipos antagónicos que se retoralimentan. Una victoria del Barça igualaría a 92 los triunfos obtenidos por el Real Madrid en los clásicos.
El Barcelona comparece con un cruyffista de segunda generación, Luis Enrique, en el banquillo. Un técnico que cree en el primer mandamiento de la filosofía de Johan, "atacar, atacar, atacar", pqero que no prioriza el juego de toque y posesión, ya que despliega en la pizarra un pragmatismo que le aleja del purismo de Guardiola. El asturiano ha equilibrado el fútbol de su equipo con Busquets como bisagra junto a un volante trabajador de buen pie (Rakitic) y a un genio (Iniesta). Ellos producen transiciones rápidas o trasladan la pelota a los espacios para su exuberante delantera, en la que Neymar, Luis Suárez y Messi han sumado a su indudable talento individuall una sinergia colectiva que les hace indomables.
Llega el Barcelona acumulando 39 partidos sin conocer la derrota, a uno solo del mítico Nottingham Forest de otro genio de los banquillos, el embriagador Brian Clough. Concurre el Barcelona con el reto de condenar a un Real Madrid errático y completar otro final de temporada excelso como el de la pasada campaña, en la que consiguió el triplete (Liga, Copa y Champions). Después llegaría el Mundial de Clubes. Ahora Messi y compañía aspiran a convertirse en el primer equipo que repite título de Champions, lo que supondría su quinta 'orejona' en ocho años. Y todo en medio de una sanción de la FIFA que les ha impedido fichar por irregularidades en la cantera. Sanción que heredará el Real Madrid las próximas Navidades.
Como equipo antagónico que es, el Real Madrid vive tiempos convulsos. El año pasado cerró la temporada en blanco y este año sólo tiene opciones en Champions. La presidencialista gestión de Florentino Pérez, que además es el director deportivo, se mueve a golpes de timón sin planificación ni coherencia alguna. Para prueba el fichaje de Rafa Benítez, que ha durado apenas cinco meses repudiado por el vestuario y la afición. Después el elegido ha sido Zinedine Zidane, al que se le ha agotado el crédito en menos de cien días. La derrota ante el Atlético en el Bernabéu fue el detonante que impulsó a Pérez a rastrear el mercado de entenadores.
Con esa sensación de incertidumbre llega el Real Madrid al Camp Nou. Con un once inestable, un sistema vulnerable y varios jugadores cuestionados que pueden salir este verano como Cristiano. Llegan tocados en su orgullo y señalados por estos largos meses de sequía de títulos. Para la afición el primer culpable suele ser el entrenador, después le toca al vestuario y al final, el presidente. El Real Madrid se encuentra entre el segundo y el tercer estadio. Este partido puede ser un analgésico para losmadridistas, en caso de obtener la victoria, o puede ser la sentencia final de Zidane, que trata de mantener cierta estabilidad para afrontar la Champions con garantías.
Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic, Busquets, Iniesta; Messi, Suárez y Neymar Jr.
Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema.
Árbitro: Alejandro José Hernández Hernández (comité canario).
Horario: 20:30 horas.
Estadio: Camp Nou (99.400 aficionados).