Arantxa Sánchez Vicario avaló a través del Banco de Luxembrugo un préstamo para hacer frente a la deuda de 5,2 millones de euros con Hacienda por impago de impuestos durante los años 1989 y 1993. Después de que la extenista acusara a sus padres de haberla arruinado, abandonó España con su marido Josep Santacana e hijos y se trasladaron a Miami y según el Banco de Luxemburgo, vendió sus propiedades. Ahora la entidad bancaria la acusa de de deshacerse de sus inmuebles y no saldar la deuda que contrajo con ellos hace años.
Al residir en Miami, la tenista declarará por videoconferencia, circunstancia que está retrasando el proceso judicial más de lo esperado. Según han comentado fuentes cercanas la extenista “lo tiene difícil”, según publica ‘El Confidencial'. “Si un banco de esta entidad te demanda, tienes que tenerlo todo muy bien preparado porque suelen ir a por todas y tienen recursos muy potentes para seguir hasta el final”, añaden.
Mintió al decir que residía en Andorra y contrajo una deuda con Hacienda de 5,2 millones
Durante la guerra judicial que mantenía contra sus padres acusándoles de haberla arruinado llegó a declarar ante el juez: “Estoy en la ruina. Mi padre me explicaba que estuviera tranquila, que lo que había ganado me daba para vivir a mí, a mis hijos y dos generaciones más”.
Según explicó en el juicio, vivía con 1.500 euros al mes que sus padres le daban y que no fue hasta 2008, cuando se casó, que supo lo que había ingresado a lo largo de su carrera. Según señaló se dio cuenta de esto cuando Hacienda la requirió por haber declarado que vivía en Andorra, lo que la dejó “anulada”. Por este motivo, su salud psíquica se vio tocada y necesitó tratamiento “psicológico y psiquiátrico”.
Todo su extenso patrimonio ya no está a su nombre
Un juzgado dictaminó que no era cierto que residiera en Andorra por lo que debía abonar los impuestos impagados contrayendo una deuda con Hacienda de 5,2 millones de euros durante los años 1989 y 1993. Para hacer frente a esa deuda con Hacienda, pidió un aval al Banco Sadadell, un aval que fue contraavalado por un dinero que tenía depositado en el Banco de Luxemburgo.
Todo el patrimonio de Arantxa ya no está a su nombre y tampoco ha dejado rastro en sus cuentas bancarias. La tenista contaba con un ático en Sant Cugat, un adosado en Andorra, dos apartamentos en Port Ginesta, dos apartamentos y un solar en S’Agaró, un apartamento y plazas de aparcamiento en Sant Just Desvern, tres locales comerciales en Premià de Mar, una casa en Puigcerdà, un chalé con terreno en Formentera, el piso de avenida Diagonal donde sigue viviendo su madre y una increíble mansión de tres plantas y 750 metros cuadrados en Ciudad Diagonal.
La guerra familia quedó plasmada en el libro que publicó en 2012, 'Arantxa, ¡vamos!' (La Esfera). La familia llegó a un acuerdo extrajudicial tras el fallecimiento de Emilio Sánchez, padre de la tenista, a consecuencia de alzheimer en febrero de 2016. Sin embargo, la familia nunca se ha reconciliado. Incluso el día del funeral se vivieron momentos muy tensos en los que hubo un forcejeo entre cuñados, insultos y la madre de Arantxa se desmayó, teniendo que ser atendida por una ambulancia. Desde este día, madre e hija no han vuelto a verse ni a mantener contacto.