La noticia del ingreso de Antonio Banderas en la Clinique Genolier de Ginebra (Suiza) por un ataque al corazón, disparó las alarmas sobre el estado de salud del actor. Banderas, que cierra este sábado un círculo al recibir una Biznaga de Oro honorífica en el Festival de Cine en Español de Málaga, su ciudad, ha sido preguntado en la rueda de prensa que ha ofrecido sobre su estado de salud. "Sufrí un ataque al corazón el 26 de enero, pero tuve mucha suerte, fue benigno y no ha dejado daños en la patata, como dice mi hermano", ha declarado.
"Me sometí a una intervención en la que se me implantaron tres 'stents' en las arterias coronarias, y como sufría arritmias desde hace tiempo, de 'motu proprio' me sometí a una termoablación, pero no ha sido tan dramático como se ha escrito", ha recogido EFE. Ha achacado lo ocurrido a que le metió "una paliza importante a la patata en los últimos 37 años" de su vida, y asegura que se encuentra "muy bien, con ganas de volver a trabajar".
Sobre su premio honorífico, Banderas ha echado la vista atrás hasta sus inicios y ha asegurado que, cuando cierra los ojos, todo lo que le ha pasado en estos años le parece "un sueño". Todo lo que le ha reconocido el Festival "empezó a quince metros de aquí, en el Teatro Romano de Málaga, donde en los años 70 empecé a trabajar como actor".
"Venía vestido de romano en un Vespino", ha recordado Banderas, que considera "extraordinario" ser profeta en su propia tierra y le causa una "emoción" con la que tiene "que tener cuidado estos días especialmente". Sobre su llegada a Hollywood con "Los reyes del mambo", ha rememorado que se alojaba en un hotel de Nueva York y, como no hablaba inglés, no se atrevía a llamar al servicio de habitaciones.
"Debajo del hotel había una tienda de ultramarinos donde trabajaba uno que se llamaba Rodríguez. Le buscaba, le pedía mortadela y me comía un sandwich", ha dicho. También ha tenido palabras para Pedro Almodóvar, alguien a quien le debe "muchísimo", pero también un director "muy duro, con el que es muy complicado trabajar" porque un rodaje se convierte "en una especie de infierno creativo".
Banderas cree que lo mejor en su carrera "está por venir" y quiere volver a dirigir, algo que le gustó en las dos películas en que lo ha hecho, aunque entonces admite que quizás estaba "demasiado verde". También sigue pendiente interpretar a su paisano Pablo Picasso a las órdenes de Carlos Saura para mostrar el proceso de creación del "Guernica". Espera poder recuperar ese primer guión ahora, cuando Antonio Banderas tiene 56 años, "exactamente la edad que tenía don Pablo Picasso cuando pintó el 'Guernica'".
Donald Trump, un daño para Hollywood
A preguntas de los periodistas, se ha referido a Donald Trump, a quien considera "un daño para Hollywood", y ha apuntado que "resulta difícil pensar que va a permanecer cuatro años en el poder". "Lo que da un poco de miedo es por qué la gente lo ha elegido, es un tema más complejo, de un desencanto general en el mundo con la política tradicional", ha añadido Banderas.
En el momento personal que atraviesa ahora, ha admitido que se está "replanteando muchas cosas" después de haberse convertido durante años en un "workaholic" (adicto al trabajo) y comprobar que "no podía parar, como con las palomitas de maíz".
Por eso quiere parar, y precisa que lo quiere hacer en su tierra, para cumplir lo que dicen unos versos de Manuel Alcántara que ha grabado en una pared de la terraza de su casa en Málaga y que ha recitado el actor. "A la sombra de una barca me quiero tumbar un día y echarme todo a la espalda y soñar con la alegría", ha dicho Antonio Banderas con la voz rota por la emoción.