Beatriz Rico, de 47 años, ha revelado un capítulo hasta entonces desconocido de su vida: el infierno que sufrió por su obsesión por el cuerpo y la musculación. La actriz y cantante ha relatado a través de un hilo de Twitter su experiencia personal con las pastillas de creatina, un ácido orgánico nitrogenado que se usa para hinchar los músculos, y “polvos solubles milagrosos” del gimnasio, sustancias a las que llegó a engancharse poniendo en riesgo su salud.
Beatriz llegó a consumir “cosas diferentes con tal de rendir/aumentar músculo” y a entrenar con más de tres veces de la cantidad recomendada de creatina en el cuerpo hasta que se dio cuenta del problema. A ello se le sumó otro problema, se notaba más hinchada y un aumento de peso repentino que le llevó a hacer “una dieta salvaje: cenar infusiones. Comprar píldoras que te sacian de fibra”. Algo que le hacía estar “débil y de muy mal humor”.
Desde entonces, se puso en manos de los médicos, gracias a los que está consiguiendo dejar esta adicción. “Hoy ha sido mi último día como adicta a la creatina”, ha escrito en sus redes sociales.
Beatriz ha relatado así su historia personal a través de Twitter:
“Voy a contaros una historia sobre mí. Os la cuento porque hoy abrí los ojos. Me siento tan aliviada que ni me da vergüenza compartirla. Hace varios años empecé a obsesionarme con los entrenamientos y la musculación. Espalda. Hombro. Trapecio. Abro hilo”.
“Cuando entras en esta dinámica no te parece mal, al fin y al cabo el deporte está bien visto! Lo malo empieza cuando pasas de las proteínas post-entrenamiento a cosas “diferentes” con tal de rendir/aumentar músculo. Pero te obsesionas y no escuchas. Hace unos meses comencé a consumir creatina: fase de carga y luego descanso. Al fin y al cabo sólo te hincha el músculo con agua, es algo estético. No puede ser malo! Lo combinaba hasta hoy con batidos de proteínas y BCAA para rendir más”.
“Lo malo de obsesionarte es que no razonas. Hace varias semanas empecé a notar que “engordaba”. Dos tallas más de pantalón, un abdomen que no reconocía. Qué hice? Dieta salvaje. Cenar infusiones. Comprar píldoras que te sacian de fibra. Cada vez más débil; cada vez más “gorda”. Cada vez pasando más hambre. No entendía nada! Eso sí, sufría y no se lo contaba a nadie. Hoy en el vestuario me estaba mirando el perfil y algo no encajaba. Eso no “era mío”.
Beatriz Rico: “No toméis mierdas”
“Miré mi bolsa de deporte cargada de pildoritas y polvos solubles milagrosos. Fui a ver al médico deportivo. La creatina te hincha artificialmente el músculo de agua. Todo nuestro cuerpo está formado por músculo, ergo... lo que haces es retener agua, inflarte. Engordar entre 0,5 y 1,8 kgs (lo mío fue más!) y dejar de comer jugándome la salud y el buen humor. Hasta qué punto puedes llegar a obsesionarte que no haces esta regla de tres, esta deducción tan lógica! Lección aprendida”.
“Hoy ha sido mi último día como adicta a la creatina. Fin del infierno! Quiero mí músculo natural, bonito. Quiero poder mirarme la tripa y no tener que contener la respiración avergonzada por unos “michelines” que al final no eran tal. Quiero volver a comer con normalidad. Mañana he quedado para almorzar con un buen amigo! Os aseguro que para mí significa recuperar mi vida! Ojalá esto llegue y ayude a otras personas que estén en el mismo infierno. MEN SANA IN CORPORE SANO. Pero de verdad. En serio: no toméis mierdas. Siempre pasan factura”
“Además... empezaba a parecer un Geypermam!!! Cualquier adicción es un desastre; no hay adicciones inocentes. Besos, vivid el deporte de manera sana, es el único modo de DISFRUTAR. Buen descanso y gracias por leerme y aportar! Gracias, de verdad. Leo vuestros tuits de apoyo y comprensión y me felicito por haber sido valiente y contarlo. Qué vergüenza ni vergüenza! La gente es maravillosa”, escribía en agradecimiento a los mensajes de apoyo que ha recibido.
Por último ha escrito: “Se me fue de las manos, si no es vuestro caso enhorabuena. Lo que es malo es la compulsividad. Tengo 2 prótesis de titanio en el cuello y una bonita cicatriz de varios cms. Voy a seguir entrenando? Por supuesto. Sólo que no quiero tomar nada porque me “desnorto”.