DolceVita

Bibiana se abre con Bertín en TVE: “Incluso en la soledad, soy la mujer que quiero ser”

El programa de Bertín Osborne pende de un hilo en TVE y en apenas unas horas sabremos el destino definitivo del presentador. Sin embargo, ‘En la tuya o en la mía’ tiene aún programas en el aire hasta el mes de abril, y en este caso, Bertín se ha adentrado en la casa de Bibiana Fernández, que ha hablado de temas tan delicados como su transexualidad de la infancia.

  • Bibiana Fernández se abre con Bertín osborne en TVE

“Cuando eres niña, te sientes niña. Una trans no sabes ni lo que es”

En esta ocasión, Bibiana Fernández es quien ha abierto las puertas de su casa al cantante para descubrir su polifacética carrera, los recuerdos que siempre la acompañan, la tristeza de su infancia al pertenecer a una familia desestructura, y por supuesto el humor. Acompañados por el periodista Carlos Herrera con quien la colaboradora de El Programa de AR ha repasado los momentos más bonitos de su vida.

“Creo que lo mismo que se gasta en dinero hay que gastarlo en vida.  Parece bueno que haya más visibilidad para este tipo de cosas. No quiero hablar ni quiero volver a los 70s, cuando se habla del término transexual. Cuando los padres detectan la situación desde que los niños son 4 o 5 años, simplemente se sientes que son un niño o una niña, una “trans” no saben ni lo que es”, ha contado Bibiana.

Además, la chica Almodóvar comprende que “La vida es complicada. Mi abuela María tuvo una vida complicada. Se quedó viuda con cinco hijos sin saber leer y escribir. Se quedó con tres hijos y tuvo que mudarse a un país árabe. Eso es una vida difícil. Y pertenezco a esa casta de mujeres”.

“Mi vida ha sido especial, con muchos problemas y alegrías”, añade.

Bibiana se llamaba Manuel Fernández Chica. Nacido el 13 de febrero de 1954 en Tánger. Sus padres se separaron. El progenitor era taxista. Hombre dado, fuera de servicio, a correrías nocturnas que lo llevaban a puticlubs de la capital marroquí.

Vivió su primera juventud en Málaga. Llamado a cumplir el servicio militarpero pronto se marchó a Barcelona. Ya tenía, hacía mucho tiempo, decidido que quería ser artista. Y actuó en locales de la cadena Ferrer, entre chicas de alterne y travestís. El dueño le sugirió llamarse Bibi Andersen -apelativo muy similar al de una conocida actriz sueca-. Debutó luego en la compañía de revistas de Juanito Navarro. Aunque ahora ella recuerda esta como “una mala etapa que no puedo borrar de mi pasado”.

“Empecé en el cine cuando me fichó Vicente Aranda en el Cabaret de Barcelona”

Bertín le ha preguntado cómo empezó a ganarse la vida. “Haciendo camas en un hotel de Las Palmas. Después vendí de todo, vendía neveras a los pingüinos. Yo iba a vender lotería a un cabaret a Málaga y en aquella época en la que empezó ligeramente el destape, conocí a una mujer que cantaba rancheras. Vista con el tiempo es una etapa gris y oscura pero si la ves con humor, tiene su punto de gracia. Ella me invitó al cabaret y después empecé con un espectáculo en Barcelona. Es una de las cosas que recuerdo con más dolor de mi vida porque no puedes borrar de tu pasado pero que en ese momento no puedes hacer nada por cambiarlo. Trabajando allí, me fichó Vicente Aranda, un grandísimo director en una etapa de mi vida que a mí me gusta menos”.

Bibiana Fernández, antes Bibi Andersen, cuenta que llegó a Madrid “a la revista, y después empecé a cantar en los 80s. Conocí a Pedro en ‘la movida madrileña’ en una terraza de Madrid. Mi relación con él siempre fue más profesional que profesional. Y estoy orgullosa de ser chica Almodóvar porque cuando viajas por el mundo, te conocen por eso”.

Y relata recordando que “lo primero que hago con él es un tráiler para Amantes de lo prohibido, después vino Matador, Kika y Tacones lejanos, etc. Esa trayectoria te permite ver la atmósfera que se crea. Hay más mujeres que Rossy de Palma, Loles León o yo que han trabajado más que nosotras, pero por alguna razón nosotras seguimos siendo las ‘chicas Almodóvar’. No se lo dicen a una Marisa Paredes que ha trabajado más con él, quizá porque con ella o con Victoria Abril tienen más trayectoria profesional”.

“Soy muy de Almodóvar porque amo como esas mujeres, desesperadamente”

A Pedro le gusta más la mujer como elemento narrativo que el hombre por la desdicha. “Yo en mi vida personal amo como esas mujeres, desesperadamente. Y eso no pertenece a un sexo, pertenece a una condición que es como las fobias. No se puede racionalizar”, comprende Bibiana.

“A mí me hubiera gustado ser periodista porque soy muy curiosa. Cada vez los corresponsales son menos pero los ha habido maravillosos en España”, ha querido añadir. “Mientras tenga salud, voy dando tumbos. Ya no me voy asustar por nada, mis perros, mis amigos y mi trabajo son mi vida. Lo que no he tenido sería porque no lo tuviera de verdad porque si no, hubiera peleado por tenerlo. Incluso en la soledad, soy la mujer que quiero ser”.

No ha querido concluir sin contar que “antes la pareja era una patria, y como amaba con esa pasión, no tenía tiempo para nada más, y me volvía loca si me quedaba sola. Pero ya no. He tenido muchos hombres en mi vida. Tuve a Alfredo, de un pueblecito del Bierzo con adicciones peligrosas. Después conocí a Javier, que puso orden en mi vida. Fue mi representante pero fue mi amante, mi amigo… estuvimos juntos 14 años. Fue la estructura para que esta especie de fiera desbocada que soy, se calmara. Se acabó porque yo era muy cargante y la confianza da asco”.

“Después vino mi boda con Asdrúbal. Aunque fuera una ceremonia civil, hubo cierta liturgia porque reúnes a todos tus seres queridos y fue el día más feliz de mi vida”.

Sobre el panorama político actual, ha recalcado: “Creo en la política, en los políticos y en los seres humanos, pero ahora que se habla de las nuevas políticas, siento desencanto porque me parece que todo esto está muy bien si se materializara en algo que es pelear por un bienestar venga de donde venga”.

“Yo nunca me he visto en tercera persona. No te sirve para nada sentirte la más o la menos deseada, si te acuestas con alguien que no te desea, te da igual lo de fuera. Es como tener un millón de euros en el desierto”, concluye.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli