Corren malos tiempos para Joaquín Torres y ahora para su familia también. Después de tener problemas con su casa situada en la exclusiva urbanización de La Finca y de divorciarse de su mujer, a sus hermanos se les están acumulando los problemas judiciales después de verse implicados en una supuesta estafa piramidal que han denunciado ya varios famosos.
Carlos Sáinz, Alejandro Sanz, Victoria Valdés, Francisco Javier Cavero de Carondelet y Christou, Cristina Tárrega, Fernando Hierro figuran como víctimas de una supuesta estafa piramidal en la que Joaquín Torres se ha visto envuelto ya que sus hermanos 'le utilizaron como gancho' para atraer a famosos y que se convirtieran en inversores del proyecto de construcción de una planta de biodiésel en Barajas de Melo, en Cuenca.
Cada uno de estos nombres aportó nada menos que medio millón de euros aproximadamente en concepto de ampliación de capital. En total, Meloil se hizo con 7,3 millones procedentes de estos accionistas, entre los que también figuraban los presidentes de Bankinter y Mutua Madrileña.
Además de estas cantidades procedentes de inversores, los hermanos de Joaquín Torres consiguieron otros cinco del Estado, entre otros 15 procedentes de Hispania Melo. En total, Julio Torres consiguió un total de 27,4 millones de euros para desarrollar su proyecto.
Carlos Sainz invirtió 820.000 euros en la construcción de las dos fábricas
Hora el juez que investiga el caso ha admitido la querella criminal que ha presentado el piloto Carlos Sainz a través de su sociedad Imacar, según ha publicado LOC, en la que le acusa de los delitos de estafa, apropiación indebida y administración desleal, como consta en el auto que dictó hace unos días el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid, Marcelino Sexmero.
El piloto ha denunciado “la conducta defraudatoria” de Julio y Maite Torres, hermanos de Joaquín, al intentar “convencer, mediante la utilización de afirmaciones falsas y engañosas, sobre la supuesta novedad y viabilidad tecnológica de un procedimiento de transformación y producción de biodiesel”, según consta en la querella.
Imacar invirtió 820.000 euros en la construcción de dos fábricas proyectadas por Julio Torres -Barajas de Melo, Cuenca, y Almería- para poner en marcha esta tecnología, conocida con el nombre de kurata. La inversión la realizó a través de ampliaciones de capital en empresas del grupo familiar, propietarias de las plantas. En concreto, New Meloil, Biocombustibles de Melo y Hispania de Melo.
La querella advierte de que los hermanos Torres sabían “de la inviabilidad económica e industrial” de este sistema y que “los fondos recibidos” los destinaban “a financiar algunas de sus empresas (no vinculadas al denominado sistema kurata) que están en situación de total insolvencia”.
Imacar ha denunciado “maniobras engañosas” y advierte de que “el dinero obtenido para, supuestamente, ejecutar la construcción de la planta ha sido distraído y transferido, indebidamente y sin conocimiento de los inversores, a otras empresas del grupo familiar”.
Además, reconoce que, en el caso de la planta de Almería, “no se han realizado obras de ningún tipo”, a pesar de tener cubierta “la práctica totalidad de la financiación”. La querella en cuestión denuncia una presunta “operación inmobiliaria entre entidades del mismo grupo” para desviar los fondos conseguidos.