No sabemos cómo se habrá tomado la cantante, de 35 años, que su música se utilice como medida de presión para asesinos. Según un artículo del New Yorker titulado “El sonido del odio”, la CIA utilizaba sus canciones para que los terroristas relacionados con el ataque de las Torres gemelas, el 11-S de 2001, acabaran desesperándose y convirtiéndose en sus peores pesadillas.
Según relata el texto, Mohammed al-Qahtani intentó entrar en Estados Unidos para participar en los ataques terroristas y, tras ser capturado, le obligaron a estar despierto durante horas con la música de Christina a todo volumen día y noche.
La música de la cantante solo se apagada cuando Mohammed confesara y “dijera la verdad”. Pero ¿por qué escogieron la música de Christina?: “Aguilera parecía haber sido escogida porque representaba unos calores que podían ofender mucho a los detenidos islámicos”, publica el New Yorker.
Además de acabar odiando el conocido tema de los 90 ‘Genie in a bottle’, los presos también eran sometidos a sesiones continuas de heavy metal o rap, incluso de los Red Hot Chili Peppers: “Las listas de canciones de los interrogatorios también se inclinaban hacia el heavy-metal y el rap, que entregaban mensajes de intimidación y destrucción”.