Dámaso González, fallecido esta madrugada en Madrid a los 68 años, fue uno de los toreros más destacados en los años setenta y ochenta del siglo pasado y un virtuoso del temple, una capacidad que dominó más que nadie para imponerse a todo tipo de toros y llevarlos siempre cosidos a la muleta.
Nacido en Albacete el 11 de septiembre de 1948, Dámaso González debutó como novillero en 1967 y en marzo de 1969 obtuvo un éxito importante en la Monumental de Barcelona, donde cortó cuatro orejas y un rabo. Tomó la alternativa en Alicante el 24 de junio de 1969, de manos de Miguelín, en presencia de Paquirri, y con toros de Flores Cubero.
El año siguiente fue el de su despegue, con 45 corridas y una fama en ascenso en las plazas españolas. El 14 de mayo de ese año confirmó la alternativa en Madrid, con reses de Francisco Galache y el diestro Santiago Martín "El Viti" como padrino. El testigo fue Miguel Hernández.
Siguieron años de éxitos, en los que se convirtió en habitual de los carteles más importantes, como el de la Feria de Madrid, en el que fue prácticamente fijo entre 1982 y 1985. En 1979 abrió la puerta grande de Las Ventas tras cortar dos orejas. Su primera retirada de los ruedos llegó en enero de 1989. Se dedicó entonces a una ganadería de su propiedad mientras intervenía esporádicamente en algunos festivales.
El 15 de junio de 1991, en un festival a beneficio del picador Lorenzo Moncholi, celebrado en la localidad valenciana de Torrente, sufrió una grave cogida en el muslo derecho. Recuperado de este percance, volvió a vestir el traje de luces el 20 de septiembre siguiente en Nimes (Francia), en la alternativa de su paisano y discípulo Manuel Caballero, en una tarde en la que cortó tres orejas y un rabo.
El éxito animó a Dámaso González a volver a la arena, y en marzo de 1992 reapareció en la plaza de Castellón. Siguieron dos años en los que actuó en numerosas corridas de nuevo en las plazas españolas más importantes y, con frecuencia, también en Francia. Su segunda despedida llegó el 16 de septiembre de 1994, en su natal Albacete. Cortó dos orejas a su último toro, y sus compañeros de lidia esa tarde, José Mari Manzanares y Juan Antonio Ruiz "Espartaco", le sacaron a hombros.
Tampoco esta marcha sería la definitiva, porque en marzo de 2003 reapareció en la Feria de Valencia, ya con 54 años. En septiembre de ese año se despidió de los ruedos por última vez, con una corrida en Murcia. Una cornada el día de la alternativa y cuatro más en sus años de matador de toros, en León, Barcelona, Lima y Almansa, dejaron a Dámaso González una cicatriz en la cara. En agosto de 1987 sufrió una grave cogida al entrar a matar un toro de Miura en la plaza de Málaga.
En febrero de 2012, el diestro estuvo ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital General Universitario de Albacete, tras sufrir un traumatismo torácico cuando intentaba encerrar un toro en su finca de Los Prados, en las proximidades de Albacete.
Durante su carrera, Dámaso González recibió numerosas distinciones y premios, como la Oreja de Oro de Radio Nacional de España (RNE) en 1980, al torero más destacado de la temporada; el premio de la Peña Taurina Fernando Cepeda de Madrid (1992); el de la Agencia EFE por su actuación en la Feria de San Jaime de Valencia (1994): o el de "Manchego del año" (1994) por la casa de Castilla La Mancha en Barcelona.