En julio del 2011, Colin Weir y su esposa Christine eran las personas más felices del mundo después de que esta pareja escocesa ganara 185 millones de euros, el mayor premio repartido por la lotería Euromillones. Nueve años después, ha salido a la luz que Weir gastó más de 46 de esos millones en tan solo ocho años.
"Espero que seamos una familia tan unida y pasemos tan buenos momentos como siempre, que nuestro futuro parece tan brillante y dorado como lo es esta mañana", comentó Christine cuando se enteró de que era la ganadora de la lotería.
A pesar de los buenos deseos de la mujer, la pareja se divorció y ocho años después, su marido, Colin Weir, falleció el 27 de diciembre de 2019 a los 71 años y gastó más de 46 millones de euros en ocho años. Cuando se separaron la fortuna se dividió en dos, dejándoles 92 millones a cada uno, una cantidad de dinero envidiable y para muchos, difícil de gastar en una vida entera.
Meses después del fallecimiento de Weir, ha salido a la luz su testamento, en el cual se revela la cantidad de dinero que este gastó en los últimos ocho años.
¿Cómo gastó 46 millones en 8 años? Lujos y excentricidad
Esta cantidad de dinero significa que Weir habría gastado un promedio de 5,75 millones anuales, casi 500.000 euros al mes. Entre su testamento destacan cuatro coches de alta gama (dos Mercedes, un Jaguar y un Bentley), tres caballos purasangre, la gran mayoría de las acciones de su club de fútbol favorito, el Partick Thistle FC, una casa en Mallorca, así como una gran donación al Partido Nacionalista Escocés, según ha informado el 'Daily Mail'.
Antes de su divorcio, la pareja compró una mansión de cuatro millones de euros. Previo a su muerte, Weir residía en una casa de cinco dormitorios, valorada en casi 1,2 millones de euros.
Al momento de su muerte, el afortunado ganador del Euromillones había gastado 25% del monto inicial que recibió y el 50% de lo que le correspondió tras el divorcio. El resto del dinero de Colin Weir ha sido destinado a fondos de inversión, tal y como este decidió a través de su testamento.